La paliza electoral inmerecida propinada el día cuatro de este mes por el Partido Republicano al presidente Barack Obama y al Partido Demócrata en las elecciones congresuales y de gobernadores es una demostración fehaciente de cómo un país permite y acepta que un conglomerado político lo sugestione y los conduzca a un contrasentido paradojal.
En ese certamen, el Partido Republicano logró el control absoluto del Congreso y gobernadores de Estados, 52 en el Senado, 242 Cámara Baja y 3l gobernadores, una zurra electoral descomunal, aunque previsible por el factor manipulador mediático y aspiraciones comunes de los norteamericanos que el presidente Obama no consiguió concretizar por el boicot republicano. Una dicotomía fatal, pero real, contundente y decisiva.
El presidente Obama heredó un descalabro económico en 2009 del Partido Republicano y el presidente George Walker Bush que se produjo el año anterior, 2008, consecuencia de la rapiña de los villanos de la banca estadounidense Lehman Brothers, Bears Stearns, Goldman Sachs, JP Morgan-Chase., Fredie Mac, Bank of America, Fannie Mae y Merril Linch de créditos basura al sector inmobiliario o subprime de 55 billones de dólares contra un billón de soporte.
El entonces jefe de la Reserva Federal (Banco Central), Timothy Geithner, admitió seis años después en un libro que escribió, ilustrando como los créditos basura, a sabiendas de los grandes villanos bancarios, no fueron debidamente supervisados por la Reserva Federal, ocurrencia similar al estadillo en RD en 2002 de la quiebra del Banco Intercontinental, sin el monitoreo debido de nuestro Banco Central.
El presidente Obama procedió con rapidez y certeza para insertar un salvavidas a la crisis bursátil heredada recurriendo, igual que aquí en 2002, a imprimir inorgánicos, por US$370 mil millones mensual durante 60 meses, contraviniendo una receta inflexible del Fondo Monetario Internacional que prohíbe esa medida.
En seis años de dos administraciones sucesivas del presidente Obama, el déficit comercial de USA a mayo de este año 2014 era de US$44,400 millones ó un 5.6% menos un aumento de l .l% en las exportaciones y un descenso en las importaciones de US$239,848 millones, recuperando l38.2 millones de empleos no agrícolas, inclusive 1.4 millones de empleos creados en los primeros seis meses de este año.
El 3 de julio de 2014 el Dow Jones repuntaba por los 17 mil puntos, por primera vez en su historia, consecuencia del informe del Departamento de Estadísticas que reportaba la creación de 288 mil empleos creados el mes anterior, sobre todo, en un tránsito de recuperación económica desde 2009, y las solicitudes de empleo cayerona 3l2 mil, la más baja desde que concluyó en 2009 la Gran Recesión.
Los grandes consorcios USA valen hoy mucho más, Apple US$544,840 millones; Exxon Mobil US$438,630 millones; Google US392, 550 millones; Microsoft US$347,192; Berrkshire Hathaway US$3l3,540 millones; Jonson & Jonson US299.2l0 millones; Welles Fargo US$277,050 millones; General Electric US$264,930 millones y Chevron US$249,820 millones.
La economía USA creció un 4% en primer semestre 20l4. La inflación es de un 2%, aunque conforme los expertos, la recuperación es la más lenta desde la II Guerra Mundial (1939-45), y los estadounidenses son 36% más pobres que hace diez años, y un 35% vive ahogado de deudas.
Los republicanos sabotearon la ley migratoria del presidente Obama que anunció en julio que procedería por decreto, pero se quedó en suspenso y ahora, luego de la debacle comicial, reiteró actuaría como auguró, pero le cogió lo tarde y once millones de hispanos le pasaron factura.
La Era Obama inauguró las exportaciones de petróleo con la técnica del fraking en formaciones de esquistos, que en dos años endosarán a Estados Unidos la autarquía petrolera, hoy produciendo 8.4 millones de barriles diarios. La ley de salud es otro logro de la Era Obama.
La política de la diplomacia en vez de la arrogancia imperial de las armas, también le pasó factura al rechazar actuar contra el impiadoso carnicero sirio Bachar El Assad; rechazar ofensiva terrestre que involucre soldados norteamericanos en Afganistán e Iraq, lesionando los intereses del complejo militar-industrial.

