Todavía se llegue a un acuerdo en las próximas horas no dejan de extrañar los paros de profesores y empleados de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) en demanda de reajuste salarial. Además de trabajar desde sus hogares u oficinas por la docencia virtual, los profesores deben saber el impacto en la economía de la crisis sanitaria.

El escenario podrá ser para todo, menos para una huelga tan insensata, pero además cuando el Gobierno, a través del Ministerio de Educación Superior, Ciencias y Tecnología ha sido tan generoso con la UASD. Aparte de aumentarle el presupuesto y facilitarle la instalación de equipos ha dispuesto de 630 millones de pesos para la construcción de una cuestionada extensión en Santo Domingo Este.

En el caso de los empleados el paro es aún más extraño, pues la totalidad ni siquiera asiste a sus labores.

Por las medidas sanitarias la casa de estudios trabaja a media capacidad en cuanto a presencia física de sus empleados. Sin embargo los empleados se han sumado al llamado de los profesores al paralizar unas labores con las que apenas cumplen en reclamo de un 40% de incremento salarial.

En los movimientos, por insensatos, afloran dos elementos: el chantaje a las autoridades universitarias, por un lado, o el elemento político, por el otro. Sin dejar de reconocer los inconvenientes con la docencia virtual hasta la Federación de Estudiantes Dominicanos (FED), que tiende a solidarizarse con las protestas, ha denunciado la insensatez de los paros de profesores y empleados de la UASD.