El ministro de las Fuerzas Armadas, almirante Sigfrido Pared Perez, ha señalado que contingentes militares seguirán en las calles hasta que sea necesario, por lo que debe entenderse que será por todo el tiempo que se tome recomponer la deteriorada seguridad pública.

Se entiende también que corresponde al presidente Danilo Medina la decisión de mantener el patrullaje militar y que será él, en su condición de comandante en jefe de los institutos castrenses, quien decidirá cuándo concluirá esa labor.

Pared Pérez ha justificado el envío de cuatro mil militares para apoyar a la Policía Nacional en labores de vigilancia, bajo el argumento de que el auge de crímenes y delitos pone en peligro la seguridad interna de la nación, lo que obliga a las Fuerzas Armadas a participar en restauración plena de la seguridad ciudadana.

El jefe de la Policía, mayor general Manuel Castro Castillo, ha dispuesto incrementar los operativos preventivos a los fines de poder alcanzar adecuado control de la criminalidad, lo que consolida una cadena de mando en la dirección de prevenir la ocurrencia de asesinatos, atracos, asaltos, violaciones y otros crímenes.

Es obvio que para garantizar un óptimo escenario de seguridad pública se requiere que el Gobierno concluya y aplique el conjunto de leyes y políticas públicas que todavía se diseñan a nivel de Gobierno, Congreso, Justicia y Ministerio Publico.

El patrullaje militar ha tenido buen desempeño y resultado, lo que ayuda a despejar temores de que provocaría desaliento en el turismo al ofrecer la impresión de una sociedad virtualmente bajo el poder de tropas que atemorizan a la población.

Lo que se ve en las calles es a militares correctamente uniformados que actúan apegados a un estricto protocolo de relaciones con la población que pone en relieve un adecuado entrenamiento profesional, sin renunciar a su efecto disuasivo ante la delincuencia.

La discreta, pero efectiva presencia militar en las calles ha devenido en una reducción en la comisión de crímenes y delitos por lo que la población respalda la decisión del alto mando de las Fuerzas Armadas de mantener ese tipo de patrullaje por el tiempo que sea necesario. Claro, no para siempre.