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Peligrosa plaga

Peligrosa plaga

Motoristas en la ciudad./ Archivo

La temeridad con que se desplazan ha convertido a los motoristas, independientemente de la labor que desempeñen, en una peligrosa plaga.

Lo que más intriga es la suerte de licencia con que cuentan los motoristas para transitar a contravía, saltarse la luz roja de los semáforos y hasta para ignorar la presencia de agentes de la Digesett en las intersecciones. En ocasiones incurren en las violaciones con un celular en una mano.

Una gran cantidad de motoristas circula hasta sin el casco numerado que se estableció por cuestiones de seguridad y control. Los agentes de la Digesett detienen a un conductor, por lo regular de un vehículo privado, ante la más mínima violación, pero ignora por completo la cometida por algún motorista.

Son tan frecuentes las imprudencias que no se sabe cómo en la ciudad no ocurren más accidentes de tránsito. Los campeones de las violaciones y el desorden lo eran antes las voladoras y los carros del concho, pero hoy son los motoristas.

Si no cuentan con una licencia, se ignoran las razones por las cuales los agentes de la Digesett no actúan frente a las violaciones en que incurren los motoristas.

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El Nacional

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