De los grandes líderes del siglo XX Peña está considerado como el más democrático, desprendido y humilde. Fue quien introdujo la democracia en la República Dominicana en 1978, incluyendo, en 1977, las primarias en los partidos. Y es ejemplo único, en la historia social dominicana, que siendo principal figura de una organización da paso a la Presidencia a dos de sus compañeros. Lo hizo con Antonio Guzmán y con Jorge Blanco.
El peñagomismo consiste en emular el ejemplo, promover su ideario y pensamiento, lo que se hacía desde el PRD y de manera inicial desde el PRM. Pero una vez se llegó al poder, en el 2020, se desmontó el pensamiento.
Y la prueba está en que el hoy partido gobernante es un sincretismo, una mezcla de reformistas, peledeístas, tránsfugas, narcotraficantes, riferos y, en menor medida, algunos viejos perredeístas que no se atreven a enarbolar los principios.
A José Ignacio Paliza, si bien no se le puede acusar de ser corrupto, tampoco se le debe exonerar de culpa en torno a los 12 funcionarios de elección popular, arrestados por ser narcotraficantes, que pertenecen al PRM. De doce, doce. ¿Quién les dio entrada a esos antisociales? ¿Bajo cuáles condiciones fueron postulados, sin cumplir con los años requeridos por estatutos? ¿Quién los inscribió ante la JCE?
La degradación moral del PRM no se detiene. Ahora sus dueños están tras la adquisición de Santiago Matías (Alofoke), un joven que promueve valores de depravación, perversión e inmoralidad. Esas razones parece que nada importan.
Solo importa que dos millones de dominicanos estuvieron conectados con la Casa de Alofoke 2, lo que motivó a dirigir elogios al reconocido influencer, comportamiento propio de un candidato que no desaprovecha escenarios para promoverse.
Y ya Alofoke manifestó su aspiración a un cargo de elección popular. Se podría pensar en un puesto legislativo. ¿Cuál sería su conducta desde el Congreso Nacional? El suscrito ha sostenido, en conversaciones públicas y privadas, que no hay forma de reponer el daño moral ocasionado a la política nacional, al desmontar el peñagomismo en el PRM y estimular modelos y arquetipos del bajo mundo. Por suerte cada vez son menos los que insisten enla honestidad del promotor de la idea iniciada desde palacio en 2020.

