Editorial

Pesarosa señal

Pesarosa señal

Con el asesinato en Sosúa de la ciudadana checa Eva Cimbalninoka, de 62 años, suman seis los extranjeros que han muerto o sufrido heridas a manos de atracadores en Puerto Plata, Boca Chica y Santo Domingo Oeste, auge y tendencia de la delincuencia que las autoridades están compelidas a frenar en lo inmediato.

No basta con minimizar esos incidentes entre los que figuran otros dos asesinatos, los perpetrados contra el holandés Antonio Adrianes Zwerts y el estudiante africano Rubostiano Olo Mengue, porque esa escalada de criminalidad afecta a la industria del turismo y atemoriza aún más a toda la población.

Una ciudadana alemana, de 74 años, fue golpeada durante un atraco en su residencia y una pareja de italianos sufrió graves heridas a manos de delincuentes dentro de una habitación de hotel en Boca Chica, señales ominosas del auge de una delincuencia que incluye entre sus víctimas a extranjeros. Cabarete y Sosúa, los dos principales puntales del polo turístico de Puerto Plata, han sido conmocionados por noticias de residentes o visitantes extranjeros muertos o heridos durante atracos y asaltos, en residencias o en plena vía pública, situación que coloca en peligro los programas de recuperación del turismo en el litoral norte.

Ministerio Público y Policía, en vez de restregarse mutuas deficiencias, deberían consensuar un programa preventivo que afronte la delincuencia y garantice sosiego en esos polos turísticos y en toda la geografía nacional, para lo cual urge que las autoridades retomen el control de las calles hoy literalmente en manos de antisociales.

La prensa resalta la tragedia que abate al ciudadano checo Zdenek Janak, quien reside en Sosúa, Puerto Plata desde hace 16 años, junto a su compañera Eva y quien murió en sus brazos impactada por un balazo disparado por un delincuente. Historia como esa lesionan la imagen de República Dominicana en el exterior.

La Policía Turística carece de logística e instrumentales técnicos para afrontar la creciente delincuencia y criminalidad en los polos turísticos y zonas adyacentes, porque ese es un flagelo generalizado que requiere de un concurso mayor de las autoridades que todavía no concluyen ni aplican el mentado Programa Nacional de Seguridad Ciudadana.

Los atracos y asesinatos de extranjeros constituyen una pesarosa señal que no puede ser minimizada ni asumida con indiferencia porque significaría el inicio del derrumbe del turismo y la pérdida de la esperanza que todavía alberga la ciudadanía de que la autoridad al menos controle a la criminalidad.

El Nacional

Es la voz de los que no tienen voz y representa los intereses de aquellos que aportan y trabajan por edificar una gran nación