La Primera Encuesta de Cultura Económica y Financiera de República Dominicana ha arrojado datos sobre situación financiera de la población que deberían servir al Gobierno como referentes para la planificación y ejecución de programas de desarrollo y redistribución del ingreso.

La encuesta aplicada sobre 2,313 hogares, arroja que un 59.7 por ciento de los domicilios percibe menos de 18 mil pesos al mes y que un segmento significativo de familia vive con ingresos de ocho mil pesos mensuales.

Se destaca también los bajos niveles de bancarización entre los hogares encuestados, al punto que el 28% nunca ha escuchado acerca de productos financieros menos complejos o sofisticados, a pesar de la intensa labor de promoción que realizan instituciones financieras.

La razón por la cual el 66% de los hogares encuestados no tiene cuentas de ahorro, tarjetas de crédito o préstamos con entidades financieras es la insuficiencia de ingresos, lo que los convierte en entes vulnerables a los usureros.

No debe sorprender el dramático dato arrojado por la referida encuesta, de que el 76 por ciento de los hogares con ingresos entre RD$8,000 a RD$18,000, no logran equilibrar sus gastos en un mes, por lo que la mayoría (67%) recurre al endeudamiento informal.

Aunque el ahorro constituye la base esencial para el desarrollo armónico de la sociedad, más de la mitad de la población adulta no tiene relación con el sistema financiero, porque los recursos que reciben no alcanzan para guardar dinero en un banco.

La marcada desigualdad social puede verse en que más del 57% de los hogares de ingresos altos y mediano alto cuentan con tarjeta de crédito, en comparación con apenas un 11% de los hogares de ingresos mediano y bajo.

La encuesta sobre cultura económica y financiera arroja el traumático dato de que el 51% de los hogares de ingresos más bajos, si perdiera una de sus principales fuentes de ingresos, no podrían sostenerse a flote por más de una semana. Hay motivos de sobra para reflexionar sobre pobreza e inequidad.