Editorial

 Por el momento

 Por el momento

La Asociación de Clínicas Privadas (Andeclip) literalmente ha perdonado la vida a  centenares de pacientes al anunciar que “por el momento” no suspenderá los servicios a afiliados a  las diferentes  Administradoras de Riesgos de Salud (ARS) como se había anunciado en reclamo de que el Consejo Nacional de Seguridad Social (CNSS) disponga un aumento en los cobros por esas prestaciones.

Aun así,  el gremio empresarial mantiene  esa  espada de Damocles sobre el cuello de la población,  al advertir que  en la medida que pase el tiempo informará  a los pacientes   sobre la situación que confrontan las clínicas y las medidas que se adoptarán.

En una ocasión  anterior, esa  asociación anunció  el propósito de incrementar en un 14 por ciento los precios de todos los servicios médicos, pero un rechazo  casi unánime a tan draconiana iniciativa desalentó a sus patrocinadores.

De más  está decir que la atención médica estatal o privada es  asunto de orden público y de interés social, que  posee rango  de derecho constitucional, por lo que ese servicio  no puede ser ofrecido u ofertado como si se tratara de una actividad común de lícito comercio en la cual  el mercado  y sus agentes determinan los precios.

Lo que se ha puesto en riesgo es al sistema de seguridad social, aún en vía de  expansión y consolidación, posiblemente la más  alta conquista social obtenida  en el marco del precario espacio democrático.

Los  dueños  y accionistas  de clínicas privadas no deberían obviar que sus inversiones se desarrollan  en un ámbito muy restringido, aunque  altamente rentable cuando se manejan con eficiencia y apego a normativas éticas y empresariales, sin que  el libre comercio ni la iniciativa privada otorguen patente para lesionar la seguridad social, que es soporte esencial de un anhelado régimen basado en la equidad y la justicia.

Para conciliar intereses, la vía del diálogo entre autoridades, clínica, personal médico, paramédico y suplidores debe estar siempre expedita, sin amenazas ni  acciones temerarias que pongan en peligro el sagrado derecho a la salud, por vía de un régimen de  seguridad social basado en el principio de la equidad y la universalidad.

Se aconseja a la directiva de la Asociación de Clínicas Privadas no navegar contra la corriente de la inclusión social, adecuar sus negocios a los regímenes de  afiliación  del CNSS, canalizar sus demandas por vías  civilizadas y evitar en todo lo posible  actuar con prepotencia e insensatez como acostumbran los mentados sindicatos o  asociaciones del transporte ya proclamados dueños del país.

El Nacional

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