Editorial Opinión

Por la Democracia

Por la Democracia

La consulta ciudadana convocada ayer por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) para determinar cuál de sus aspirantes presidenciales posee mayor preferencia ciudadana, se recibe como uno de los muchos aportes que las instituciones partidarias tendrán que realizar en provecho de la democracia política.

Abel Martínez fue proclamado ganador con el 60% de los sufragios emitidos durante ese certamen, que, aunque no vinculante al proceso de escogencia del candidato a la presidencia conforme a los lineamientos de la ley electoral, se da por descontado que sería el postulado por el partido morado para los comicios del 2024.

El PLD pudo salir airoso de esa consulta, sin importar el número de ciudadanos que acudieron a los recintos de votaciones, que se estima en más de 500 mil, porque la jornada transcurrió sin incidentes mayores, pendiente aún del cumplimiento de la promesa de los candidatos, de que respaldarían al ganador.

Ese partido deberá celebrar unos comicios cerrados o abiertos para cumplir con la ley y poder ratificar a la persona que sea proclamada con mayor número de adhesiones en la consulta de ayer, pero antes deberá escoger en los términos que acuerde la ley sus candidatos a alcaldes, directores distritales, regidores, senadores y diputados.

Las demás organizaciones partidarias deberán someterse también a escrutinios internos o abiertos para seleccionar sus candidatos a las elecciones municipales, programadas para el mes de febrero y presidenciales y congresuales para mayo de 2024, procesos que deben servir para fortalecer la democracia.

También te podría interesar: Pase lo que pase

A la dirección del PLD le corresponde evaluar con ojo crítico ese novedoso proceso que en ningún modo debería abrir compuertas a fisuras o a desbordados descontentos que conviertan esa experiencia democrática en un nuevo fracaso partidario.

Hace tiempo que la democracia dominicana arribó a su mayoría de edad, lo que obliga a los partidos y movimientos políticos a promover y garantizar transparencia en todos los procesos que deberán encaminar para seleccionar su candidatos a las elecciones del 2024.

La sanidad y fortaleza del espacio democrático es directamente proporcional a la garantía que ofrezcan las instituciones partidarias para que los ciudadanos ejerzan su derecho de elegir y ser elegidos, como fase previa a escoger a sus mandatarios y autoridades en elecciones libres, transparentes y concurridas. Así es y así debe ser.

El Nacional

La Voz de Todos