POR: César Pichardo

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Hablar de bullying es relevante

El bullying es agresión psicológica. Su impacto agrava la salud de una persona, si apunta a su parte más vulnerable. Es un acto de violencia, sobre todo, si va acompañada de otras acciones destinadas a descalificar. Y, de forma paralela el término Mobbing es un concepto que procede del verbo ingles to mog, que los diccionarios traducen ‘’regañar, atacar, maltratar, asediar’’, en cuanto al sustantivo, mog, con mayúscula, significa muchedumbre, jauría, sin olvidar que en ingles, mog, mayúscula significa mafia.El bully, como se le dice, se utiliza desde tiempos atrás, es una conducta hostil de ciertos niños respecto a otros en las escuelas.

Los responsables de este abuso ignoran que los demás no quieren jugar este juego, que en oportunidades resulta perverso. La intención es dominar a cualquier precio, también se amplía el bullying adulto. Se pretende acorralar, vejar, apabullar, humillar, minimizar e invadir el territorio intimo, hasta intentar establecer una correlación de fuerzas, si la otra persona lo permite.
Una persona bully es brutal, tiránica, destructora, en su actitud neurótica se ceba con los más débiles y hasta disfruta de la angustia y el dolor ajeno.

El bully se ejerce en múltiples esferas, actividades deportivas, artísticas, militares, vida familiar, novatadas, políticas, en particular, respecto a las personas mayores, en el mundo del trabajo y un gran etcétera. ¡Ya basta de bullying! Hay que sonar la campana de alarma en la opinión pública con este peligro que desborda un sistema disfuncional de una sociedad que precisa mayor protección, se necesita enfrentar y atajar esa plaga social del bullying en cualquier escenario… comencemos en defensa de niños y ancianos, sometidos a humillaciones, presiones y maltratos. Apliquemos una censura permanente conforme a reglamentaciones, impuestas con un firme criterio democrático, ajustado a los principios de una educación eficaz.
Ya basta de bullying.