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Preocupación se generaliza por envío niños a las escuelas sin protección 

<P>Preocupación se generaliza por envío niños a las escuelas sin protección </P>

SANTIAGO.- Encontrarse a niños de 5, 6 o quizás 7 años caminando solos y rumbo a la escuela en especial en horas de la mañana no es extraño en estos días en que al parecer algunos padres se han olvidado de su responsabilidad de llevar a sus hijos a la escuela o por lo menos garantizarles que lleguen bajo la supervisión de un adulto.

No es raro escuchar la expresión “hay que dejarlos para que aprendan y se críen como niños desenvueltos” tratando de justificar la irresponsabilidad de enviar a estos menores solos a los distintos centros educativos de aquí supuestamente para que aprendan, y de qué modo, “rodeados de carros, pasolas y patanas y cruzando avenidas que son peligrosas hasta para un adulto cuanto más para un niño”.

Sin embargo, cuando se les pregunta a uno de estos menores que a horas de la mañana se disponen a cruzar avenidas y montarse en conchos solos con una edad inferior, en la mayóría de los casos, a los 7 años sobre el por qué no van sus padres con ellos, la respuesta que dan es que “tienen muchas cosas que hacer en la casa  aunque también está el caso de los que trabajan y aún no han podido coordinar entre sus trabajos y la escuela de sus hijos”.

Y aunque la gente sabe el peligro que implica mandar a niños solos a cualquier lugar hay quienes  prefieren hacerse los ciegos al peligro al que están expuestos estos niños que en esos minutos pueden ser víctimas de algún hecho que lamentar tratando de llegar a la escuela.

YIsel Marrero contó que eran las siete y cuarenta minutos de la mañana cuando vio a un niño de unos siete años de manos de una niña de unos cinco aproximadamente caminando por la avenida Circunvalación de esta ciudad y ambos uniformados.

Dijo que el menor quien además llevaba la mochila de la niña que aparentemente era su hermana fue sorprendido por un grupo de estudiantes que a juzgar por la apariencia no pasaban de los ocho años y  que en el trayecto hacia su escuela empezaron a darle golpes a aquel niño que tratando de proteger a su hermanita optó por aguantar todos los golpes sin poder siquiera defenderse.

La señora contó que aunque este es un caso que parecería común entre niños de esa edad “situaciones como esas denotan la importancia de la supervisión de un adulto cuando los niños van a la escuela… las consecuencias de mandarlos solos podrían ir desde un pleito en el camino hasta algún accidente que se podría lamentar tratando de cruzar alguna avenida”.

Otros consultados también expresaron que “no se les puede dar tanta libertad en esa edad ellos no saben el peligro que representa andar solos cruzando avenidas, parando conchos y actuando como personas adultas pero sin conciencia del peligro al que están expuestos en una situación que a sus padres les parecen normal.

Indicó que aunque la gente se solidariza cuando ve niños uniformados  y le ceden el paso para cruzar , no en todos los casos sucede así.

De su lado Josefina López,  dijo que es preocupante esta situación » andan como si no tuvieran quien se duela por ellos saliendo solos de sus casas hacia sus centros educativos que en algunos casos se encuentran distante del lugar donde viven estos menores a quienes se les debería garantizar seguridad en el trayecto de sus casas hacia la escuela, lo que según indicó es una responsabilidad de los padres.»

En este sentido resaltó que se les está poniendo una carga muy pesada a los niños «además de estudiar también tienen que cuidarse de los vehículos al cruzar la avenida, avisarle a los choferes de concho dónde deben quedarse, algunos llevar y cuidar a sus hermanos más pequeños.. y así se quejan algunos padres de que sus hijos no rinden en la escuela» apuntó.

UN APUNTE

Un grave problema

El hecho de que muchos adolescentes se paseen ociosos por las calles de Santiago,   evidencia que cuando los quehaceres en el hogar aumentan los más pequeños de la casa son los que terminan pagando las consecuencias y cargan sobre sus hombros responsabilidades que son propias de los  mayores.

El Nacional

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