POR: Daniel Guerrero
guerrerodanielus@yahoo.com
TPP: ¿Ajedrez comercial?
¿Por quién doblarían las campanas en caso de que Estados Unidos y otros once países suscriban el Acuerdo Estratégico Transpacífico de Cooperación Económica (Tpp por sus siglas en inglés) en medio de una telaraña de tratados de libre comercio firmados con países ajenos al potencial convenio económico?
Se recordará que los países que negocian el Tpp desde el 2010 son Estados Unidos, Japón, Australia, Nueva Zelanda, Malasia, Brunei, Singapur, Vietnam, Canadá, México, Perú y Chile, los cuales se caracterizan por poseer costas bañadas por las aguas del océano Pacífico.
Los procesos de integración y complementación entre las economías asiáticas se desarrollan a un ritmo impresionante a tal punto que el comercio intrarregional (entre los países del área) ya supera con creces el 54 por ciento de sus exportaciones de bienes, mientras que para el caso de América Latina y el Caribe apenas se llega en un 17%.
Desde el 2010 cerca de 2 mil millones de personas viven dentro del mapa regional que integran los países miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean) los cuales realizan transacciones comerciales por un monto superior a los 200 mil millones de dólares y un Producto Interno Bruto o PIB que supera 7 billones de dólares donde la economía china juega un papel protagónico a pesar de no ser miembro originario de ese esquema de integración.
Ahora bien, ¿por qué Estados Unidos está concentrando sus esfuerzos diplomáticos en las negociaciones del Tpp? Todo obedece a una estrategia tanto geopolítica (que implica mayor influencia político-militar) como geoeconómica (incrementando presencia productiva, comercial y financiera) para restar fuerza a la incidencia de China dentro de los procesos de integración asiáticos.
Pero la presencia económica de China dentro de la región Asia-Pacífico presenta raíces profundas que no podrían ser cortadas por EE.UU. mediante la firma de acuerdos comerciales al estilo del TPP. Porque China ha devenido ya en motor de la economía mundial. Y se trata de una tenencia irreversible.
Incluso en la región latinoamericana y caribeña China gana terreno a Estados Unidos dentro de los flujos de comercio e inversiones. Tras la crisis económica mundial conocida como La Gran Recesión (2008-2009) el gigante asiático ha reducido su tiempo de penetración a los mercados de la región, especialmente a los sudamericanos.
En un libro publicado en el 2012 por la Red Mercosur de Investigaciones Económicas bajo el título “Impacto de China en América Latina: Comercio e Inversiones” se sostiene que para el gigante asiático América Latina y el Caribe “es claramente un proveedor de materias primas” por lo que la estructura y el dinamismo comercial de China genera profundos retos para la región en materia de políticas de industrialización y tecnologías.
De ahí que una posible aprobación del Tpp colocaría a Estados Unidos de espaldas a intereses comerciales latinoamericanos y caribeños regulados ya por tratados de libre comercio para favorecer, en un toma y daca, a los países asiáticos (aunque no directamente a China) a cambio de penetrar más en esos esquemas de integración asiáticos y ampliar sus exportaciones a los consumidores de la región Asia-Pacífico. ¿Será cierto que en el comercio no hay amigos, sino apenas clientes?

