El impasse surgido en torno a la conducción del Centro de Cómputos de la Junta Central Electoral (JCE) debe resolverse cuanto antes por vía de un ejercicio dialogante que sin estridencias ni imposiciones logre conciliar intereses o conjurar temores.
Todas las posibilidades de salida al problema han de estar abiertas, incluida la renuncia o relevo del actual incumbente si es que esta decisión ayuda a consolidar la garantía de elecciones libres, limpias y concurridas.
No parece saludable a la democracia ni a los esfuerzos que realiza la JCE por organizar comicios diáfanos, que ningún partido o candidato vea tormenta en vaso de agua o que en el propio tribunal electoral se desate un huracán con brisas que no tumban palmeras.
Ratificar o remover al actual director del Centro de Cómputos de la JCE es asunto que no requiere de mayores escarceos sino de vocación de diálogo y voluntad de despejar humaredas que no provienen de ningún volcán.
Lo deseable sería que la JCE convoque a partidos y candidatos para abordar ese impasse con madurez y buen juicio, en el entendido de que a todos convienes conjurar ese innecesario escozor.
Aplausos
La delegación dominicana que compitió en los XXI Juegos Panamericanos de Guadalajara tuvo una sobresaliente actuación con la obtención de 33 medallas, incluidas siete preseas de oro, lo que constituye un motivo de renovado orgullo para el gentilicio nacional.
Los atletas criollos conquistaron también nueve medallas de plata y 17 de bronce para completar una jornada digna y gloriosa, si se toma en cuenta que el respaldo al fomento de los deportes es siempre escaso o insuficiente.
Los medallistas y los demás deportistas que compitieron en esos Juegos con gran espíritu olímpico, gallardía y fervor patriótico han de recibir hoy abrazo y aplauso de una nación orgullosa y agradecida.
