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Pronto será tarde

Pronto será tarde

Pablo del Rosario

El agua es vida, no la desperdicie”, ese llamado que le hacía don Pepe Justiniano, al pueblo  a través de su emisora de radio todos los días y a toda hora, hoy toma vigencia aterradora.

Vivíamos los primeros años de la segunda mitad del siglo pasado, cuando ese visionario hombre de la comunicación radial, pregonaba cotidianamente su mensaje.

Para entonces, recibíamos el líquido bendito en tanta abundancia, que casi nadie reparaba en la pertinencia de este, por lo que el desperdicio no se detuvo. De ahí, la precariedad y escasez que actualmente padecemos.

Es penoso ver cuando viajamos por vía terrestre al interior del país, los cauces semisecos de ríos que otrora fueron caudalosos, tales como:  Yaque del Norte, Yuna, Camú, Yaque del Sur, Haina, San Juan, Higuamo, Chavón, entre otros.

La causa principal del drama precitado es la deforestación en las  cabeceras de nuestros ríos, aunque no es la única, pues, la extracción de material  por parte de los constructores de autopistas, carreteras y caminos vecinales, así como la desviación y represa de sus cauces por productores agropecuarios, ha mermado el potencial de nuestras fuentes acuíferas hasta convertirlas en pequeños arroyos. 

Esa agresión voraz e insaciable al ecosistema, históricamente desprotegido por las autoridades, es causa de la escasez del preciado líquido.

Además, el desperdicio y uso indiscriminado que hacemos de este agudiza la crisis a tal nivel, que ha propiciado el surgimiento y desarrollo de empresas purificadoras y embotelladoras de agua potable, que en ocasiones pagamos a precios exorbitantes.

En la ciudad de Santo Domingo, ubicada en las cuencas de los ríos Ozama e Isabela, la situación es deplorable. Las márgenes de ambos están densamente pobladas por los segmentos de la población menos favorecidos económicamente, de ahí que, la contaminación este expresada en todas sus vertientes. Se extinguió la fauna y su corriente es mínima.

Si no actuamos con prontitud y energía para detener esta crisis: pronto sera tarde.