En la protesta de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) para reclamar un incremento de las pensiones y otros beneficios salieron a relucir argumentos de los más llamativos.
Al margen del derecho a una pensión digna y de que el Gobierno intervenga en la distribución de medicamentos, en materia de enseñanza los educadores tienen muy poco que exhibir.
Si se han quemado la pestaña estudiando, como alegó una de las participantes, el esfuerzo no se ha traducido en una mejoría de la calidad de la enseñanza.
Es la desproporción entre la capacidad para suspender la docencia y el escaso nivel de aprendizaje de los estudiantes lo que más rechazo ha generado a la lucha del gremio.
También te podría interesar: Rayo de luz
Si los maestros fueran menos políticos gremialistas y estuvieran más comprometidos con la calidad de la enseñanza sectores sensatos se sumarían a sus demandas.
Pero hasta demandas como las de elevar a 50 mil pesos las pensiones y que el Gobierno cubra los medicamentos de alto costo se ven como acciones politiqueras para llamar la atención.
El gremio no va a modificar su método de lucha, pero los maestros deben ser más comprensivos.
