Es más que saludable el protocolo de salubridad acordado por el Gobierno y el sector turístico en torno a la reapertura de la importante industria a partir del próximo miércoles. Los hoteleros saben más que nadie la responsabilidad que asumen con los servicios a los huéspedes nacionales y extranjeros en una actividad tan sensible.

Aunque los representantes de la Asociación de Hoteles y Turismo de República Dominicana (Asonahores) se comprometieron a respetar las normas sanitarias para evitar la propagación del coronavirus, los ministerios de Salud Pública y de Turismo tienen que velar para que se cumplan al pie de la letra.

Después de todo, lo que está en juego con la apertura es la imagen del país. Pero si en otras naciones que tienen en el turismo una de sus principales fuentes de ingresos se han relajado las restricciones, República Dominicana, con un protocolo estricto, también puede hacerlo.

Si existen las condiciones el turismo, que tiene tanta incidencia en la generación de empleos y de divisas, tiene que reactivarse.

El golpe para el sector generado por el coronavirus ha sido muy fuerte, tanto en los mercados receptores como en los emisores. Con el compromiso de aplicar el protocolo para garantizar la seguridad tanto de los turistas como de los empleados se trata de una buena decisión la reapertura de una industria que tanto incide en la economía.

De la misma forma que la hotelera debe contemplarse la reapertura de otros sectores bajo el mismo protocolo de seguridad.