Opinión

PUNTOS… Y PICAS

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La mal llamada reelección

 

Otra vez surge la discusión sobre la viabilidad, jurídica y política, de la mal llamada reelección del presidente de la República, que está prohibida indudablemente por artículo 124 de la Constitución. El presidente Danilo Medina solo puede ser candidato en 2016 si antes se reforma la Carta Magna para posibilitar repostulación, asunto atributivo de la Asamblea Nacional Revisora. La reelección o no la deciden los votantes.

En caso de modificación constitucional, la “reelección” no está dentro de asuntos que requieren ratificación mediante referendo aprobatorio, según el artículo 272 de la Ley de Leyes y, en consecuencia, es disparate proponer consulta popular para decidir sobre repostulación. Ese texto instituye referendo “cuando la reforma verse sobre derechos, garantías fundamentales y deberes, el ordenamiento territorial y municipal, el régimen de nacionalidad, ciudadanía y extranjería, el régimen de la moneda, y sobre los procedimientos de reforma instituidos en esta Constitución”.

Este valladar jurídico a superar para posibilitar repostulación de Medina, no es difícil dada la mayoría absoluta del Partido de la Liberación Dominicana en Senado y relativa en Cámara de Diputados para lograr quórum en Asamblea Revisora.

Los precedentes de modificaciones para acomodar la Constitución al interés del gobernante de turno han sido funestos y la historia reciente, cíclica, lo evidencia con el perredeísta Hipólito Mejía en 2002, luego de alcanzar picos de popularidad en el ecuador del mandato.

Medina ha logrado su mayor nivel de aceptación a mitad de gestión y, si no es excepción a regla, en segundo tramo iniciará declive de popularidad que puede adelantarse con la pretensión “reeleccionista” como aconteció con Mejía, junto a otros factores externos e internos que le derrotaron.

La reelección ha sido fatídica para el país, maldición precursora de déspotas y castradora del liderazgo emergente y necesaria alternancia en el poder, de usufructo efímero, porque es y reside en el pueblo.

El Nacional

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