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Quintaesencia

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Rafael Ciprián

Consenso constitucional

La próxima reforma constitucional, que está en la carpeta del presidente Luis Abinader, viene enfrentando serios problemas. No desean que avance. Ni siquiera le dan la oportunidad del debate sobre sus fundamentos. Buscan impedir que la idea llegue al Poder Legislativo.

Eso y no otra cosa es lo que se debe interpretar del retiro de la mesa de debates de las principales fuerzas políticas de la oposición. Los partidos Fuerza del Pueblo (FP), liderado por el doctor Leonel Fernández, y el de la Liberación Dominicana (PLD), encabezado por el también ex jefe del Estado Danilo Medina, se oponen a todo cambio en el orden constitucional.

Ambos coinciden, en primer lugar, en que esta resulta innecesaria porque la Carta Magna ya le reconoce la autonomía.
Pero sucede que el planteamiento del presidente Abinader va más allá de la autonomía formal que la Ley Sustantiva le reconoce al Ministerio Público. Busca llevarla a la realidad. Esto es, que no dependa del carácter o la voluntad del titular de turno, tanto en la jefatura del Estado como en el órgano acusador.

También considera que al presidente de la República hay que despojarlo de la facultad de designar al Procurador General de la República, y a este hay que sacarlo del Consejo Nacional de la Magistratura, para solo señalar los aspectos que tocan a la administración de justicia.

Ciertamente, nadie puede negar que la tradición en nuestro país ha sido que el Procurador General de la República surge de los altos dirigentes del partido oficialista, y que han usado el cargo para servir a los intereses partidarios, con la protección de sus corruptos favoritos y la persecución de sus adversarios políticos.

Todos sabemos que esa nefasta tradición cuenta con honrosas excepciones. Y la actual titular es una de ellas. La magistrada Miriam Germán Brito es reconocida por sus méritos y goza de la confianza de la colectividad. Y el equipo que le acompaña, formado por los magistrados Yeny Berenice Reynoso, Wilson Camacho, entre otros, es inobjetable, por su capacidad, entrega, seriedad y rigor en el trabajo.

Lo cierto es que no siempre contaremos con un equipo como el actual en el Ministerio Público. Y el presidente Abinader lo sabe. Por eso es que busca que la mala práctica no sea retomada con un cambio de poder en el futuro.
Ahora bien, la reforma constitucional necesita del consenso político para poder pasar en la Asamblea Revisora. Sin ese consenso, inevitablemente, muere en la concepción.