En países como el nuestro con escaso desarrollo político, el tema de la reelección presidencial siempre será espinoso y hasta desestabilizador. Después de haber transcurrido 171 años de nuestra independencia, nuestra clase política no ha sido capaz de alcanzar la madurez necesaria para que se mantenga inviolable nuestro estado de derecho, bajo un clima propicio donde los jóvenes se motiven por la política como una profesión o para decirlo con las palabras de Max Weber: como un oficio de vocación.
Nuevamente la sociedad dominicana tendrá que enfrentar las consecuencias de un debate impostergable: la modificación a la constitución de la República para posibilitar la reelección del presidente Danilo Medina. La ecuación es simple: la reelección presidencial no tiene ninguna posibilidad de hacerse realidad sin el apoyo del ex presidente Leonel Fernández. Pero así mismo, es impensable el retorno del hijo de Villa Juana al poder, sin la intervención a su favor del jefe del Estado. El panorama está bien claro, hay dos élites de poder en una lucha encarnizada, que será más devastadora en la misma medida en que la oposición política permanezca inoperante y sin capacidad de unificación.
Es innegable que el presidente Medina ha concitado un gran apoyo del pueblo, pero existe un orden jurídico que se lo impide y solicitarle a Leonel Fernández que le abra ese camino, sería de ilusos o desconocer el concepto de la Política. Leonel tiene gran sentido de la oportunidad y sabe que puede reencontrarse con la historia positivamente, además sabe que retroceder sería su muerte política. En cuanto al presidente Medina, éste está consciente que si el mulato de Villa asume por cuarta vez, no tiene nada seguro para el 2020 y es de eso lo que se trata y de ahí la insistencia de los promotores danilistas, quienes han sido excelentes funcionarios, pero con poca sagacidad política, pues tuvieron la reelección en sus manos y se quedaron en escaramuza en el momento preciso de dar el golpe. Leonel manejó mejor los conceptos de tiempo y espacio.
El volcán está a punto de hacer erupción. La obra maestra de Bosch está en peligro de división. Casi todos sus alumnos forman parte activa de la lucha y solamente Don Euclides Gutiérrez Felix, Don Bidó Medina y quizás otras voces con autoridad, servirán de equilibrio para proteger este frágil sistema de partidos y el derecho a la gobernabilidad que todos nos merecemos.
Estoy convencido: Leonel no cederá, pues se juega su sobrevivencia en el sentido amplio de la palabra. Danilo recibe presión de sus seguidores para no dejar en manos de Leonel su futuro político.
Entonces, ¿Qué pasará ? Pienso que el Presidente optaría por apoyar a Reinaldo Pared, con quien se había comprometido antes de los susurros reeleccionistas, según ha trascendido.