Editorial

Reflexionar en paz

Reflexionar en paz

Concluye hoy la campaña electoral, matizada por meses de confinamiento y restricciones a causa de la pandemia del coronavirus, pero que aun así ha tenido un matiz intenso y virulento, por lo que el fin del proselitismo cede el tiempo a la reflexión ciudadana sobre el destino del sufragio a emitirse en las elecciones del domingo.

La Junta Central Electoral (JCE) asignó días y horas a todos los partidos y candidatos para celebrar sus actos de cierre de campaña a los fines de que tales celebraciones no coincidieran en el Gran Santo Domingo ni en ninguna provincia o municipio.

Los postulantes han procurado presentar sus mejores galas en las presentaciones finales con discursos atiborrados de promesas sobre lo que harían o dejarían de hacer en caso de ser favorecidos por el voto de la mayoría de los electores, aunque los mítines y caravanas han estado limitados por un protocolo que incluye uso de mascarilla y distanciamiento que la mayoría de los asistentes incumplen.

Puede decirse que la temporada de proselitismo concluyó con relativa calma en lo que respecta a las actividades presenciales de partidos y candidatos, sin enfrentamientos violentos, aunque en incidentes aislados se reportaron al menos un muerto y varios heridos.
La población votante ingresa desde esta noche en un periodo de reflexión que le permitirá evaluar los discursos y promesas de todos los candidatos presidenciales y a cargos congresuales, por lo que el liderazgo político tendría que dedicarse exclusivamente a los asuntos organizativos sobre su participación en las elecciones.

Los partidos y dirigentes no deberían cargar con más incertidumbre el trascendente momento histórico por el que atraviesa la República, porque al fin y al cabo a todos conviene que las votaciones del domingo sean libres, concurridas y transparentes para que la JCE cuente los votos y defina un ganador.

Sería de mucho provecho para la democracia si partidos y candidatos llegaran a firmar algún acuerdo, del tipo que sea, que envíe una señal clara a la población de que los resultados electorales serán respetados por unos y otros, sin menoscabo del derecho a la queja o denuncia responsable sobre cualquier irregularidad que pueda ocurrir.

Es difícil creer que cesarán desde esta noche los cañones proselitistas, pero la ley electoral manda a detener toda forma de campana electoral, por lo que lo menos que los ciudadanos reclaman de todos los partidos y candidatos es que les permitan reflexionar en paz.

El Nacional

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