Editorial

Salami

Salami

Una investigación  del Instituto Nacional de Protección de los Derechos del Consumidor (Pro Consumidor) reveló que el 97 por ciento del salami que se produce en el país no contiene el nivel de proteína requerido y que un 15 por ciento de la muestra analizada presentó coliformes fecales, por lo que se ha señalado que  ese producto carece  de nivel proteico y algunas marcas  podrían causar daño a la salud.

El estudio arroja además que la mayoría de las empresas que elaboran salami no  declaran el peso del producto,  fecha de vencimiento, registro  sanitario ni se  especifica el tipo de carne usado en su elaboración, entre otras violaciones sanitarias y a normas relacionadas con el  control de calidad.

Es obvio que se trata de  una denuncia gravísima que se refiere a un  artículo de gran consumo que  según Pro Consumidor, el  tipo de salami que  se elabora en muchas  fábricas representa  un peligro para la salud  por su alto contenido de levadura y nitrato de sodio, además de una baja proporción de carne.

La muestra  abarcó a 22  embutidoras del Gran Santo Domingo, San Pedro de Macorís, Santiago, Barahona y San Francisco de Macorís, por lo que  se reputa como  representativa del  mercado consumidor y del conjunto de  empresas que  se dedican a la elaboración de  ese alimento.

Al resaltar el valor y la pertinencia  de esa iniciativa de  determinar mediante investigación de laboratorio la calidad y sanidad de un artículo de  consumo masivo, se  requiere ahora que Pro Consumidor revele  los nombres de las  empresas o personas físicas que incurren  en ese tipo de  estafa, fraude o engaño a la población.

Lo menos que se espera de las autoridades competentes  es que notifiquen a esos establecimientos  sobre  tan irregular hallazgo y si  fuere  de lugar se proceda al cierre de esas fábricas y el sometimiento de  sus propietarios o manejadores a los tribunales de  la República, bajo la acusación de  atentar contra la salud de los consumidores.

Duele saber que  la Dirección General de Normas y Sistemas  de Calidad (Digenor)  reconozca su incapacidad para intervenir ante  la denuncia de  Pro Consumidor bajo  el infeliz alegato de que  se carece de una normativa legal para poder afrontar esa situación, lo que sería  algo así como obligar a la gente a consumir un producto que  carece de nivel proteico  y  que contiene elementos  que causan enfermedades.

En vez de censurar la  divulgación de  ese informe sobre la pésima calidad del salami que consume la población, el ministro de Salud Pública, doctor Bautista Rojas Gómez, ha debido  disponer de inmediato medidas  para  corregir la situación y  garantizar la salud de los  consumidores. El colmo sería que   propias  autoridades intenten lapidar a Pro Consumidor por revelar una fatídica verdad.           

El Nacional

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