En la Fortaleza Ozama, uno de los monumentos más visitados de la Ciudad Colonial, que en los tiempos de la colonia fue el lugar defensivo más poderoso de la isla por su posición geográfica, la muralla y su poder de ataque, llama la atención que más de 25 cañones se deterioren por el abandono y el olvido.
Una enorme plazoleta casi en abandono con vista hacia el río Ozama y el mar Caribe, es el lugar donde más de 25 cañones de hierro con un tamaño de unos diez pies de largo, se encuentran en deterioro progresivo y las autoridades de Patrimonio Cultural ni del Ministerio de Cultura no se han dado por enteradas de la situación.

Yacen olvidados en una parte de la fortaleza que no es visitada por turistas ya que la maleza y la falta de señalizaciones y vías dificulta que las personas se enteren de lo que en su momento fue el área de fuego más poderosa para defender la Ciudad Amurallada.

Esta semana, con la celebración de la Feria del Libro en la Fortaleza Ozama, han empezado a limpiar los entornos.

Ya son más de siete años de iniciados los trabajos de remozamiento y reconstrucción de los monumentos históricos de la Ciudad Colonial, y exceptuando la iglesia Santa Barbará es poco lo que se observa del rescate de la zona que auspicia el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) con una inversión inicial de US$30 millones.

El 8 de diciembre de 1990 la Ciudad Colonial de Santo Domingo fue declarada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación y la Cultura (UNESCO) como Patrimonio de la Humanidad.

Un Apunte

Fortaleza

La Fortaleza Ozama es de una construcción simple y maciza, erigida por los españoles entre 1502 y 1507, dándole un aspecto medieval, bajo las órdenes del entonces gobernador Nicolás de Ovando.