El presidente Medina despojó del control del PLD a Leonel Fernández, valiéndose de que la mayoría de los miembros de los organismos de dirección, en sus diversos niveles, forman parte de su gobierno. Usando esa misma mayoría le quitó también la candidatura presidencial y procedió a reformar la Constitución con el apoyo condicional de legisladores de otras organizaciones políticas.
No conforme con la humillación al sector de Fernández, Danilo Medina procura adueñarse de los distintos poderes públicos y su primera meta es obtener mayoría legislativa y municipal, violentando el pacto, avalado por el Comité Político, de repetir con todos los senadores, diputados y alcaldes, los cuales responden a la corriente del presidente del partido. Ese avasallamiento lleva crisis al oficialismo, la que profundiza cada vez más.
Y no se vislumbra solución a la crisis ante la ausencia de árbitros, porque todos los supuestos mediadores son empleados del presidente Medina. Mientras tanto se observa una estampida peledeísta en todo el país. Unos se juramentan en la Fuerza Nacional Progresista y otros en el Partido Revolucionario Moderno.
Cuando un dirigente del PLD se va al partido de los Castillo es un voto menos para la reelección, pero cuando lo hace para el PRM ese voto vale por dos, porque no sólo es un voto menos de la reelección sino también a favor de la oposición. Y en muchos casos se trata líderes provinciales, personas que representan muchos sufragios menos y sufragios que valen por dos.
Aparte de la persecución a dirigentes no afines a palacio, hay indignación por los grandes escándalos de corrupción, los cuales superan a los del gobierno anterior. También en la Policía hay una rebelión silenciosa, a raíz de un video en el que un raso expone su terrible situación, lo que contrasta con la francachela en que viven los funcionarios gubernamentales. Se observa irritación, además, ante el desplome eléctrico y el crecimiento de la delincuencia. Pero la carestía de la vida ha puesto la tapa al pomo, con plátanos en las nubes. Hasta el jengibre vale más de 150 pesos la libra.
La reelección ya no es tan segura como se percibía meses atrás. Con la agravante de que esta vez los Vincho estarán en contra de Danilo. ¡Y como ellos saben hacerlo!