La muerte a los 37 años de edad de la periodista Senabri Silvestre, quien laboraba para El Día, ha provocado una honda pena entre sus compañeros del Grupo Corripio.

Toda su vida profesional la desarrolló en el benjamín de los medios impresos del grupo, donde llegó a desempeñarse como editora de las secciones economía y nacionales.

Entre sus muchos atributos estaban su compañerismo y sus buenos modales. Con su cortesía y buen trato nadie que no lo supiera jamás imaginaría que Senabri tenía una salud tan precaria.

Madre de dos hijos, su oficio lo compartía con su familia y la prédica de la religión evangélica en una iglesia de San Pedro de Macorís.

Senabri falleció ayer en la Plaza de la Salud, donde llevaba varios días ingresada. Su penosa partida deja un vacío en el personal de El Día, Hoy y El Nacional, así como en la clase periodística.