Con la promulgación de la nueva ley, ya la Cámara de Cuentas no tiene excusas, si era lo que necesitaba, para actuar frente a las violaciones de los procedimientos administrativos y financieros de las entidades públicas.

El presidente del polémico organismo, Janel Ramírez, saludó la legislación como una herramienta que adecúa la Cámara de Cuentas a los nuevos tiempos en materia de fiscalizar y controlar los procedimientos técnicos.

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“Saludamos la aprobación y promulgación de la ley 18-24, la nueva ley de Cámara de Cuentas, pues en esta se sientan las bases para el fortalecimiento institucional, delimitando las funciones administrativas de las resolutarias, eligiéndolo como órgano superior del sistema nacional de control y fiscalización del Estado”, expresó Ramírez.

La gran queja sobre la ineficiencia que se ha atribuido al organismo giraba siempre alrededor de la ausencia de un marco normativo de sus atribuciones.

Con la nueva ley los miembros de la Cámara de Cuentas carecen de alegatos para justificar la inercia, rayana en la complicidad que se le ha atribuido. El recibimiento dado al menos por su presidente a la nueva legislación genera optimismo.