Opinión Articulistas

Síndrome de Beethoven

Síndrome de Beethoven

Fernando A. De León

Aunque no todos lo manifiesten, es posible que muchos dominicanos estén atravesando por lo que hemos denominado el Síndrome de Beethoven. El actual gobierno no es lo que esperaban.

Nos referimos al momento en que el gran músico europeo, Ludwig van Beethoven, fue asaltado por una rabieta, ira y decepción cuando Napoleón Bonaparte se proclamó emperador de Francia, en el 1804.
En la ocasión, el iluminado compositor consideró a Bonaparte que, previo a su arrogancia solo era Primer Cónsul, como un ser humano vulgar. Y llegó al extremo de ripiar o romper parte de la partitura de su Tercera Sinfonía dedicada al genio militar. Pasó a intitularla, Sinfonía Heroica.

Guardando la distancia y las motivaciones, suponemos que aunque muchos dominicanos no vulgaricen al gobierno de Luis Abinader, es posible que otros, ante el zigzagueo y los yerros de sus ejecutorias, en cuanto a las políticas públicas, experimenten la misma desazón de que fue presa Beethoven, al proclamarse emperador el aventajado militar de origen corso.

El cambio esperado fue un simple señuelo electoral
La diferencia consiste en que Beethoven sufría de sordera, pero no de ceguera fanática. En ese caso, el iracundo era un individuo que no oía del todo bien, pero tenía un certero criterio de lo que debía ser una justa posición política. Entendemos que, si el pueblo dominicano no es sordo, la mayoría, sí adolece de ceguera fanatizada.

Lo desigual con el pueblo dominicano y la sordera de Beethoven- que no lo era completamente en ese entonces-, parece estar en que por no ser un obcecado, tuvo el coraje de destrozar el capítulo musical en que exaltaba al héroe de la época, mientras que la mayoría del pueblo dominicano todavía absurdamente es presidencialista, y no previó que el gobierno iba a ser más de lo mismo, ¡y cuidado!

Ya hemos oído a no pocos decir, en República Dominicana, que el pasado mandato encabezado por Danilo Medina fue mejor; más equilibrado y sensato que el actual. Entienden que han sido defraudados y que el cambio esperado fue simplemente un señuelo electoral.