Las perspectivas de crecimiento de la economía de América Latina previstas por la Cepal representan un rayo de luz en medio de la penumbra que ha caracterizado a la región.

En su Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2022: dinámica y desafíos de la inversión para impulsar una recuperación económica sostenible e inclusiva, la Cepal pronosticó un crecimiento de un 2.7% para la región y un 5.3 para República Dominicana.

En un contexto de fuertes restricciones que han golpeado las economías de estos países, la previsión de crecimiento del organismo internacional es más que auspicioso.

Este país puede celebrar que se proyecte como el de mayor crecimiento de la región, pero tras la crisis sanitaria y los efectos de la invasión de Rusia a Ucrania las perspectivas para la zona no pueden ser más alentadoras.

El pesimismo comienza a dar paso al optimismo sobre la recuperación de las actividades económicas, que en los últimos tiempos han estado por el suelo.

Para combatir las desigualdades y mejorar las condiciones de vida de las grandes mayorías los países de América Latina necesitan crecer.

Los factores que inciden en el crecimiento no dejan de ser importantes, aunque lo más significativo será siempre el incremento del PIB de las naciones. La previsión es una buena noticia, que hacía falta para iluminar el oscuro panorama que ha afectado a la región.