La estabilidad de la economía es una realidad no obstante la disminución del crecimiento a solo 2.4% en 2023 después de un 4.5 en 2022.

Sirve de consuelo que el pasado fue un año escabroso para las economías, siendo República Dominicana uno de tres países de la región que mantuvieron una perspectiva positiva.

Los años electorales han tenido por tradición un impacto negativo, en los que el déficit fiscal se ha elevado a cifras alarmantes.

Pero en su rendición de cuentas el presidente Luis Abinader no solo ha ponderado de la salud de la economía, apoyado en evaluaciones de agencias calificadoras de riesgo, sino que ha garantizado que las elecciones de mayo no incidirán en su comportamiento.

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El mandatario se comprometió a que al finalizar el año el déficit, de mantenerse en el poder, estará de acuerdo a lo proyectado.

Estimula ese compromiso pues, como dijo, los desbarajustes o desguañangues de la economía en los años electorales, deben quedar en el pasado.

Después de la estabilidad macroeconómica y el reconocimiento de las agencias internacionales, República Dominicana no se puede permitir el lujo de retroceder por la dilapidación de los fondos públicos durante un proceso electoral.

Quienes quieran tomarle la palabra al Presidente, que lo hagan, pero mientras tanto hay que colaborar para evitar hoyos o incremento del déficit proyectado por el uso de los recursos del Estado en el proceso electoral.