Hacer eficiente y efectivo el pago de las multas por infracciones de tránsito, es un procedimiento sencillo, que genera recursos al fisco, contribuye a la reducción de los accidentes y se puede hacer con transparencia. El cobro compulsivo anual del marbete, y el aumento en el uso del cinturón de seguridad son indicadores de progreso que nos confirman que si puede hacerse.

Actualmente no pasa nada cuando dejamos de pagar una multa, a veces es mejor acumular diez y luego negociar con el tribunal para pagar solo dos. En cambio, si decides pagar de inmediato, encontrarás muchas barreras burocráticas, que te obligan a desplazarte varias veces a “oficinas recaudadoras” de difícil acceso, en donde reina el caos y dudosa claridad en el manejo de fondos públicos.

Un programa o sistema electrónico que interconecte varias entidades públicas y privadas, (como en otros países), facilitaría el pago por internet o en múltiples localidades. El seguimiento de las multas acumuladas, permite además identificar los infractores a los cuales se les puede aplicar sanciones como impedir cambiar un cheque, viajar al exterior, la no expedición de placas o retirarles definitivamente la licencia de conducir.

Es imperioso aumentar y fortalecer brigadas de a pie y motorizada de la AMET y equiparlas con “tabletas electrónicas”, que se dediquen de manera ecuánime a vigilar y multar todos los que violan las leyes de tránsito. El soborno o intento de soborno es una justificación para aumentar la penalidad. Por otro lado, privatizar el cobro con una institución con experiencia recaudadora; con los recursos obtenidos, financiar los hospitales.

No es justo, seguir contando los muertos y heridos producto de imprudencias como: conducir a muy alta o muy baja velocidad; irrespeto a la señal de «PARE»; manejar bajo los efectos del alcohol; y/o chatear mientras conduce. El Ministro de la Presidencia con experiencias en proyectos exitosos puede tomar la iniciativa para detener esta epidemia. ¡Hay que castigar a los infractores y el bolsillo es por donde más duele!