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Somos Miriam Germán

Somos Miriam Germán

Susi Pola

En nuestra desigual democracia, y en la representación del poder en el sistema, cuando una mujer da un paso adelante hace avanzar a todas las mujeres entregándoles la posibilidad de futuros diferentes.

Misma transacción cuando ese paso es dado hacia atrás, solo que, el resultado de retroceder será la vuelta a un panorama establecido, pasado, desigual histórica, injusta e indignamente.

En nuestro país hay muchas mujeres que nos han hecho avanzar a todas a través de la historia pasada y reciente, y también muchas nos hacen retroceder, y en estos tiempos, de decisión y necesidad de cambios, todas estamos muy atentas.

Cuando un capo dominicano desde España, a través de un mensaje de WhatsApp, amenazó a la mayor autoridad del Ministerio Público en el país, Magistrada Miriam Germán, con “matar a su hijo si le toca en la cárcel a una de su gente”, nos amenazó a todas las dominicanas y a nuestros hijos e hijas.

Y la advertencia intimidatoria de ese “poderoso delincuente” si tiene perspectiva de género por donde analizar: hasta donde se sepa, es la primera vez que una persona de perfil alto en la justicia del país es amenazada tan directamente en estos últimos 50 años, al menos, que lo haya dicho, como bien lo ha hecho la Magistrada Germán.

(César El Abusador, solo llegó a amenazar con decir el nombre de un funcionario implicado, si le tocaban a su mujer, y bien que la trataron).

La amenaza es violencia por excelencia, y en este caso, ejercida por un hombre, es violencia vicaria, cuyo objetivo es dañar a la mujer a través de sus seres queridos. Una violencia de género que cuenta con la complicidad de la sociedad que cuestiona permanentemente a las mujeres. Sustituye a la persona en la acción directa física o psicológica de la violencia para causar un daño mayor y permanente a la mujer.

Además, un capo de la narcodelincuencia, que amenaza desde el extranjero donde reside cómodamente -por lo menos desde 2009, dice la prensa- dirigiendo sus “empresas criminales”, puede hacerlo porque está apoyado desde aquí por las autoridades.

Esa seguridad en la conminación solo es posible porque está protegido desde el mismo poder.
Ya ven, esto, nos afecta a todas las dominicanas, porque la Procuradora General de la República es una mujer, una funcionaria que durante décadas ha dignificado a la justicia dominicana, con integridad, honorabilidad y ética.

Y es una mujer que ha dado un paso que nos adelanta a todas.

El Nacional

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