El presidente Luis Abinader no esperó los resultados de las investigaciones sobre presuntas irregularidades en el Ministerio de la Juventud y en el consulado en Juana Méndez, Haití, para destituir a sus titulares.
Puede suponerse que tenía conocimientos previos que comprometían a Luz del Alba Jiménez y José Valenzuela con los escándalos denunciados en las entidades que dirigían.
O también que quiso utilizar los escándalos para avisar a los servidores públicos, sobre todo de alta jerarquía, que la transparencia es un requisito indispensable en su gestión.
A Jiménez se le acusó de presionar para beneficiar a dos empresas en una licitación, que fue anulada, para la compra de equipos tecnológicos. Y el cónsul Valenzuela se convirtió en centro de una investigación. tras la detención de un haitiano con 92 pasaportes que llevaría a la sede para ser visados.