La ley 28-01 sobre exenciones fiscales a las empresas instaladas en la zona fronteriza ha desatado una verdadera tormenta en que, para aplacarla, ha tenido que intervenir el presidente Luis Abinader. Si bien el mandatario ha garantizado que se preservarán los privilegios ha advertido que no serán como una gracia, sino para las empresas que cumplan con los requisitos.

Al expirar el período la temperatura social se ha disparado hasta el grado de las protestas y la confrontación entre el Senado y la Cámara de Diputados. Mientras cientos de personas se congregaron alrededor de la sede del Congreso para reclamar la aprobación de la ley 28-01, no dejaron de acusar a los diputados de ceder a presiones de empresas instaladas en la ciudad para boicotear la extensión de las facilidades a las industrias fronterizas.

En medio de las tensiones el presidente de la Cámara de Diputados, Alfredo Pacheco, arremetió contra el Senado al cuestionar su integridad al acusarlo de aprobar la extensión en forma subrepticia. Pacheco dijo que los senadores violentaron al consenso a que se había arribado al sancionar con modificaciones el proyecto sancionado por los diputados.

El conflicto motivó la intervención de Abinader, como había solicitado Pacheco, para consensuar un proyecto que satisfaga a las partes, pero garantizando la extensión de las exenciones fiscales. La confrontación entre los diputados y el Senado ha generado sus conjeturas, pues en el fondo se desconocen muchos ingredientes.