Todo sobre el bolero es el título del libro sobre ese género musical incomparable escrito por el jurista Manuel Valentín Ramos Martínez, hijo de mi recordado amigo y vecino Manuel Valentín Ramos, dos ilustres veganos, pequeño gran solar de nuestra patria grande.
El libro de 349 páginas, editorial Búho, 2015, es el tercer gran aporte al bolero escrito en República Dominicana, el primero Fichero Artístico Dominicano por Jesús Torres Tejeda, Intergrafic, 2000 y el segundo el monumental El Bolero, editado por Versión,2005, de la autoría de José del Castillo Pichardi¿o, Marcio Veloz Maggiolo y Pedro Delgado Malagón, único en su género.
La matriz del bolero escrito es de la autoría del colombiano Jaime Rico Salazar, Editorial Printer Colombiana Ltda.., segunda edición, 1988, considerada la Biblia de ese género musical profundamente romántico que inició a partir de 1830, y tiene su acta de nacimiento documentada en el primer bolero, Ternezas, escrito por José Viviano Sánchez (Pepe), en Santiago de Cuba en l885.
Esas, y anexadas otras, fueron seguras, las fuentes nutricias donde abrevó el doctor Valentín Ramos Martínez para escribir su invaluable aporte a la historia del bolero, un género musical idéntico a ciertas lenguas muertas como el arameo, y como otras variables musicales como el danzón, la danza, contradanza, bolemengue, carabiné, balsié, blues, fox trox, one step, retazos de recuerdos que protagonizaron una época romántica frisando el platonismo, que es menester asentir su casi extensión, ante el alud de las costumbres sórdidas del deprimente acontecer de hoy.
En 32 capítulos, el fino historiador del bolero detalla pormenores de compositores y vocalistas de este género musical que mantienen aferrados a impedir su extinción definitiva, como cientos de especies de la vida vegetal y animal, y que tiene su referencia luminosa en la Peña de Tyron, que integran su anfitrión Luis Emilio Díaz Yapur. Franklyn Lithgow Ortega, Fabio Herrera Roa, Freddy Pérez Reyes, Guillermo Quiñones, Alberto Perdomo, Expedy Pou Aybar, eximio intérprete que hizo mutis, y general Luis Rivera Jiménez.
Subsisten algunos espacios radiales que insisten en impedir la desaparición absoluta del bolero, los domingos en la emisora Sonido Suave, y Alberto Sandoval Cabrera en Hoy como ayer por Radio Universal, porque “Cien anciones y un millón de recuerdos” que mantuvo el recordado Rafael Corporán en su emisora Radio Popular, desapareció antes que el famoso locutor y animador de programas de radio y televisión, como también “Por la ruta del recuerdo” que producía el fallecido Lorenzo Hernández, inolvidable, y Jesús Torres Tejeda en De fiesta con el recuerdo, por Radio Clarín, junto a Jaime Hernández y Arcy de la Rosa, fallecidos los dos primeros y desaparecido hasta hoy el tercero, y sobrevive apenas Alberto Sandoval Cabrera. ¡Cuanta enjundia y sabiduría del bolero en categoría de antropología!
Recrea Valentín Ramos Martínez las andaduras históricas del bolero por su original Cuba, México con su máximo y prolífico compositor Agustín Lara y la misma dimensión en el nuestro con Luis Kalaff, extensivo en calidad y producción en Puerto Rico con Pedro Flores y Rafael Hernández, su presencia luminosa en Venezuela, Colombia, Chile, Argentina, Ecuador, España, Brasil, Bolivia, Guatemala, Perú, El Salvador, Nicaragua y Estados Unidos en la voz de Nat King Cole, el vocalista inglés que mayor cantidad de boleros cantó en idioma español, que descolló en los años 40 y 50 del siglo XX, deleitando a todos en velloneras Wrlitzer (¡ay, extintas!), radiolas y consolas en discos de 78rpm y luego en 45rpm, disponiendo hoy en un I-PAD millares de composiciones
La historia del bolero del doctor Valentín Ramos Martínez resulta un aporte mayúsculo y magistral a ese género musical y en una nueva edición, que vendrá pronto por su gran valor referencial y enjundiosa documentación, sería plausible insertar fechas y nacionalidades de compositores y vocalistas, para mayor descripción de sus protagonistas.
Demuestra su autor no solo una admirable erudición sobre el tema que trata, sino una vocación laudable con el propósito sin precio de intentar rescatar del paréntesis del olvido la estirpe gloriosa del bolero.
¡Gracias, apreciado y distinguido jurista por este colosal aporte al bolero que aún muchos amamos de veras!