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Torre empresarial

Torre empresarial

José Pimentel Muñoz

En la ciudad de San Cristóbal, el arranque de los trabajos tendentes a construir una torre empresarial en los terrenos donde estuvo ubicada la piscina del hotel San Cristóbal -en la avenida Libertad- confirma que los empresarios de allí, que en estos momentos son muchos, jóvenes y con buen capital, tienen un punto débil que afecta su imagen.

Es el de la incomunicación pública o lo que podría decirse la falta de relaciones públicas. El poco interés de tomar en cuenta a la comunidad, de informarla y conectarse con ella y, especialmente, de contribuir con acciones concretas que la fortalezcan en diferentes órdenes.

Todo el que pasa por frente al otrora floreciente hotel observa el comienzo de las labores de excavación, utilizando maquinarias de poder, que permitirán colocar los cimientos de la torre, destinada a cambiar el perfil urbano en un área importante, declinante en los últimos años.

Pero nadie sabe con detalles las características finales de la obra, de la que se habló escuetamente hace más de un año.

Se trata -ha trascendido- de un edificio de 10 niveles que albergará oficinas del Banco de Reservas, la Cámara de Comercio, el Consejo Empresarial y otras entidades que, para el gran público, es decir para la comunidad, están bajo un velo de misterio.

¿Quién está obligado a los informes oficiales de esta obra en un terreno cedido por el Estado? ¿El Banco de Reservas, en su calidad de financista o el Consejo Empresarial de San Cristóbal, quien luce como propulsor principal ?

El innecesario hermetismo ha originado de inmediato un aluvión de especulaciones alrededor de los intereses comerciales que se mueven y algunos de los comentarios apuntan a un tema crucial en el San Cristóbal de hoy, congestionado de vehículos: ¿tendrá el edificio suficientes parqueos o fomentará un nuevo dolor de cabeza en un punto de acceso a la ciudad?