Con sus naturales fallas el voto por correo ha funcionado en Estados Unidos desde tiempos inmemoriales. Pero la transparencia del servicio postal, a pesar de que es dirigido por un donante de la campaña del presidente Donald Trump como Louis DeJoy, ha sido sometida esta vez a fuertes cuestionamientos por el propio mandatario.
Trump ha declarado que la votación por correo está plagada de fraudes y amenaza con negarle fondos extraordinarios al organismo para garantizar una mayor participación en las elecciones de noviembre próximo. La actitud del gobernante se atribuye al descenso de su popularidad en las encuestas.
Debido a la pandemia del coronavirus es previsible que un mayor número de electores utilice el correo para ejercer el sufragio. Instituciones como el servicio postal han sido el gran soporte del sistema estadounidense.
La embestida de Trump contra un organismo que todavía goza de estima popular ha puesto en apuros a legisladores republicanos en torno al conflicto. Los demócratas sí que no han vacilado en atacar la descarga del gobernante contra un servicio que hasta el momento ha funcionado.