Eloy Alberto Tejera
Hubo un tiempo, aunque muchos no lo crean cuando todo está arropado de reguetón, deambow y merengue de calle y otras variedades, en que el bolero era el rey de la capital y zonas más lejanas. Y también se dio una época en que un músico llamado Panchito Martín Mena representaba el prototipo del artista romántico, ese que amenizaba fiestas en terrazas, hoteles, en fin, que era el amor y señor fr ambientes donde las parejas y los amantes buscaban un lugar donde acercarse física y espiritualmente y escuchar buena música.
Hoy en día a los jóvenes el nombre de Panchito Martín Mena no les dirá nada. Pero, si se le pregunta a una persona entre los 60 y 70 años, quizás de inmediato dejen escapar un suspiro y rememoren la ocasión en que bailaron con la orquesta de Panchito Martín Mena, o esa ocasión en que llevaron al Hotel Napolitano a bailar con él o iniciaron un romance en medio de las composiciones o canciones de este músico dominicano.
Panchito, oriundo de Ciudad Nueva, autodidacta, fue pionero en la creación fr uno de los ambientes más entrañables de la capital de la época: El Napolitano, era su centro y el nido para los amantes de la música suave, donde lo romántico se deslizaba por el sonido de los instrumentos y los pasos suaves y acompasados que marcaban la parejas.
De aquella época, al hablar Martín Mena tiene recuerdos nítidos, la composición clara de la época. “Yo tocaba de todo. Los turistas que iban podían pedirme una canción de Edith Piaf, Frank Sinatra o de Orlando Contreras. Mi repertorio no tenía vacíos”, afirma categóricamente Panchito, cuyo orquesta fue parte fundamental de los ambientes musicales de la época, y cuya música y composiciones tocaron emisoras como Radio Mil.
Martín Mena, un fino compositor que se adentró y le metió mano a todos los géneros. Desde la salve, la balada, el bolero, el merengue, la salsa, y en todos ellos demostró talentos, y muchos de sus composiciones fueron tarareadas y éxitos.
Cabe mencionar “Lo Imposible” que grabó Fausto Rey El Niche, Salve Merengue, que le grabó Billo Frómeta, “Solo un día”, Luisito Martí. Entre los músicos que grabaron sus composiciones también debe mencionarse a Bienvenido Bustamante, Jorge Taveras, Félix del Rosario, y llegó a hacer colaboraciones con Rafael Solano. Menciona, entonces la canción que grabó Willy Contreras, ¿qué hago aquí?
El destino del músico y compositor Panchito Martín Mena, irónicamente ha sido el destino de los artistas destacados de nuestro país. Hoy vive, aunque usted no lo crea sin pensión y teniendo que hacer frente a recetas y costosos tratamientos para pelear con una enfermedad en el corazón y otros achaques propios del paso del tiempo. El que un día aportó su arte y que dejó un legado en distintos géneros musicales, que hizo disfrutar generaciones, y que una vez gozó del reconocimiento, la luz del escenario y del estrellato, vive en silencio, prácticamente olvidado.
Su esposa Casandra, lo dice con dolor: “gran parte de este pueblo no agradece, olvida pronto”, Panchito, el músico eterno, es un poco más generoso y diplomático: “No mendigo reconocimientos pero no los desdeño, pero tampoco busco migajas ni toco puertas para que me den mi pensión que me merezco”.
Y es que hay una cosa que destila Panchito Martín Mena es dignidad. Hoy pasa los días en su hogar tocando en un piano sencillo que le mandaron unos familiares de Nueva York, aunque no niega que extraña su piano de cola y con un pequeño cuaderno donde aún atesora y escribe sus canciones. “Imagínate un piano de cola es algo especial·”, dice.
Cuando Panchito se sienta al piano, renace. Cuando agarra su mascota, porque dice que aún se mantiene escribiendo, es como si se conectara a la savia que le da vida.
En su residencia en Villa Faro, Santo Domingo Este, al final de una callecita donde solo el ruido de los niños rompe el tranquilidad, el músico dominicano vive rodeado del amor incondicional de su esposa de toda la vida, Casandra y de sus hijos. Cuando habla de los tiempos en que tocaba en bares y hoteles, le nace una sonrisa, se le ilumina el rostro, es como si entrara a la ventana de su alma, un rayo de luz poderoso.
Hoy, alejado de la música, y en el retiro completo de los escenarios, Panchito vive de los recuerdos, pero como el artista que es en cuerpo y alma, dice que se mantiene produciendo, escribiendo.