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Un paso entre la vida y la muerte

Un paso entre la vida y la muerte

Santo Domingo.-El crecimiento indetenible del Distrito Nacional y la provincia Santo Domingo con sus grandes avenidas, elevados y pasos a desnivel, más el incremento del parque vehicular en el país, han originado un trastorno en el movimiento de las personas las cuales se ven en la obligación de arriesgar su vida al cruzar una vía en donde no hay puente o cruce peatonal.

Sin un previo análisis todo parece indicar que en muchas vías del Gran Santo Domingo hacen falta puentes peatonales… pero en donde los hay casi nadie los usa, ya sea por haraganería, ignorancia, discapacidad o falta de educación vial; lo que sí es seguro es que muchas personas pierden la vida o son lesionadas cuando son impactadas por vehículos durante esta travesía.

Un puente peatonal es una construcción de concreto o metal o de una combinación de ambos materiales que permite el cruce de personas de un lado a otro de manera segura en vías de alto flujo vehicular sin interferir en el tráfico.

En un recorrido por toda la ciudad se pudieron notar algunas particularidades, como por ejemplo:

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La avenida Expreso V Centenario (que ha cobrado muchas vidas) que divide las barriadas de Villa Juana y Villa Consuelo, a pesar de ser una vía muy corta es de una peligrosidad extrema por el constante tráfico y lo ancho de su calzada.

Tres puentes peatonales unen los citados sectores y tienen como objetivo que los peatones puedan cruzar sin ningún tipo de inconveniente. Pero aunque pueda parecer extraño un gran porcentaje de peatones decide pasar entre carros, guaguas, camiones y motores etc., a pesar de que de esta manera arriesgan su vida.

“Mire, gusto es que usted venga de tarde para que vea la gran cantidad de niños y jóvenes que salen de esa escuela (señala el centro escolar República Dominicana) y cruzan por debajo del puente sin importarles que los choque un carro”, expresó Antonia Linares quien vende en un establecimiento de los que operan en uno de estos elevados.

Son 38 peldaños para subir e igual número para bajar en un trayecto de apenas unos tres minutos el tiempo que se toma en cruzar por uno de estos pasos para peatones por encima de la calzada de la avenida V Centenario.

Cruzar por debajo de la misma estructura puede durar entre uno y cinco minutos dependiendo del tráfico y la hora. El elevado más usado es el que está frente al Colegio Santiago Apóstol, ya que en sus alrededores están la estación del metro Mauricio Báez y la escuela República Dominicana.

No es nada inusual ver obreros, estudiantes, señoras, policías, militares, y todo tipo de personas, cruzar sin ningún tipo de temor entre vehículos en movimiento. En un periodo de tiempo de 15 minutos en un horario de poca movilidad de personas fueron captados 17 peatones cruzando por debajo del citado elevado.

El caso no es exclusivo del V Centenario, también puede verse en la avenida Padre Castellanos, que cuenta con dos peatonales casi en la misma cabecera oeste del puente Francisco del Rosario Sánchez.

Peatonales

La avenida John F. Kennedy que parte de oeste a este desde donde inicia el Expreso V Centenario, hasta convertirse en Autopista Duarte y llegando hasta el peaje, en el kilómetro 25, cuenta con aproximadamente 17 puentes peatonales. Por su parte la avenida 27 de Febrero tiene nueve, además de tres peatonales cebras, a ras del suelo.

En la avenida Las Américas a simple vista podría parecer que hacen falta peatonales, ya que solo tiene 11 en el trayecto desde el puente Duarte hasta el peaje de La Caleta, a pesar de que casi todo el litoral frente al mar está habitado en toda su extensión.

Los puentes peatonales forman parte de la infraestructura urbana que son construidas conjuntamente con las grandes calles y avenidas, y pasos a desnivel con el objetivo de que la gente no tenga la obligación de exponerse en estas vías creadas especialmente para el tránsito de vehículos a alta velocidad.

Después de llegar a la zona de la Caleta en Boca Chica hay dos puentes para peatones, y tres puentes mixtos muy modernos, los primeros en el país, que facilitan el cruce de personas y motocicletas.
En los peatonales de la John F. Kennedy y 27 de Febrero con Máximo Gómez, la autoridades han puesto vallas tanto plásticas como de metal para obligar a la gente a usar los peatonales.

Otras alternativas

Otros países del área han dejado de usar los puentes peatonales en su casco urbano y han dado más importancia a la construcción de los cruces peatonales a nivel de calle (líneas cebras con semáforo). Posiblemente sea por el problema de la contaminación visual y para que esos puentes no sean usados con otros fines.

Muchas vías internas de la ciudad que por sus características no cuentan con puentes peatonales, tampoco tienen pasos tipo cebra, por lo cual en determinadas horas el cruzar la vía se convierte en una odisea.

Los cruces peatonales tipo cebra son las opciones más socorridas en las construcciones de vías en los cascos urbanos, porque no discriminan a los peatones. Subir un elevado cuando se está cargado, se tiene una discapacidad, se anda con un coche de bebé o en silla de ruedas, entre otros casos, crea dificultades.

Desventajas

Las ventajas de tener puentes peatonales a la hora de cruzar una vía de alto flujo vehicular es innegable ya que proporciona seguridad a los peatones y a los autos que transitan por el lugar. Pero aunque le parezca extraño hay una serie de desventajas que hay que señalar.

Los puentes peatonales no están diseñados para ser usados en los centros urbanos, ya que generan contaminación visual y de otro tipo. Además estas construcciones están siendo usadas como centro de negocios en donde se instalan paleteras y fruteros.

También son usados como lugar de esparcimiento en donde se colocan lonas y se toma alcohol, se juega domino, cartas, se usan como baños públicos y como dormitorio de indigentes.
Otras de las cosas negativas es que las personas con discapacidad motora (en silla de ruedas o muletas) no podrán usarlos, tampoco personas de la tercera edad o embarazadas en estado avanzado.

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Peatonales, negocios

Muchas estructuras públicas viales en la actualidad son usadas para la colocación de algún tipo de negocio o como medio para el esparcimiento y la diversión, sin contar con ningún permiso de los ayuntamientos. En el caso de los puentes peatonales la situación es similar.

Muchos de estos peatonales al ser construidos les incluyen pequeños locales que al parecer son alquilados por las autoridades municipales. Estos locales de seguro generan una serie de problemas en el entorno, pues en ellos muchas veces se cocina y se venden bebidas alcohólicas sin estar construidos para estos fines.

Otros puentes en cambio aunque no disponen de estos espacios son tomados por individuos que los usan para instalar negocios ya sea de venta de frutas, paleteras y otro tipo de productos o chucherías. Casi todos los puentes que están en cruces importantes están ocupados por haitianos que operan negocios sin ninguna regulación.

Un claro ejemplo de esto es el puente peatonal del kilómetro 9 de la autopista Duarte, que aunque han sido retirados en varias ocasiones, está lleno de vendedores (haitianos en su mayoría) que apenas dejan espacio para pasar. Desde que uno inicia el cruce empiezan a ofertar los productos.

Aquí se venden una variedad de productos tales como: celulares, ropas, zapatos, correas, protectores y accesorios para celulares, vestidos y ropas interiores para mujeres, niños, y adultos, productos comestibles, etc. Toda la mercancía es exhibida en barandas y en el piso del puente.

No en todos los puentes los negocios son puestos encima de la estructura, ya que en la gran mayoría de los casos la colocación de la mercancía es al pie de las escaleras.

El elevado para personas que está en la cabecera oeste del puente Francisco del Rosario Sánchez, frente a la estación Eduardo Brito del Metro es un claro ejemplo de ocupación indiscriminada de un espacio público. Aquí aparte de los negocios que operan, son colocadas lonas para jugar domino y otros tipos de juego.

La nueva ley 63-17 prevé sanciones con multa de un salario mínimo a las personas que decidan no usar los puentes peatonales. Esta Ley de Movilidad, Transporte Terrestre, Tránsito y Seguridad Vial, castigará a quienes violen las disposiciones establecidas.

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Un apunte

Vigilancia y baños
Muchas de las estructuras físicas y la ubicación de los puentes peatonales ofrecen una oportunidad formidable para que las autoridades de los ayuntamientos, la Fuerzas Armadas y La Policía Nacional establezcan una red de baños públicos, y sistema de controles y vigilancia anticrimen en todo el territorio del Gran Santo Domingo.

El dato

Publicidad en los puentes
Es normal ver en los puentes peatonales publicidad exterior del Ministerio de Obras Públicas, o empresas privadas de cualquier producto, sin embargo ninguna de estas informaciones están destinadas a la concientización hacia el uso de estas estructuras viales para seguridad peatonal.

El Nacional

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