Para Estados Unidos la seguridad se impone a la diplomacia y las relaciones comerciales como evidencia el veto a productos y equipos de telecomunicaciones de fabricantes chinos.

Bajo el argumento de riesgo inaceptable para la seguridad la Comisión Federal de Comunicaciones prohibió la venta en territorio norteamericano de los equipos Huawei y ZTE.

Washington no teme, por lo visto, la reacción de China y ni siquiera la actitud del gigante asiático en conflictos como el de la agresión de Rusia a Ucrania. Llama un poco la atención que la sanción se dispusiera después de la cumbre del mandatario chino Xi Jinping y el presidente estadounidense Joe Biden.

Para China se trata de un duro golpe de tomarse en cuenta que Estados Unidos es el principal mercado para la distribución de sus equipos de telecomunicaciones.

Con la restricción el órgano estadounidense aduce que quiere construir una cadena de suministro más segura y resistente para los equipos y servicios de comunicaciones dentro de la nación. De seguro que la decisión impactará en las difíciles relaciones entre los dos países, aunque la dimensión está por ver.