Solemos pensar que la muerte es el final de todo. Sin embargo, nuestro cuerpo continúa en acción aún después de que los médicos declaren el fatal desenlace. La muerte no es el límite para algunas funciones básicas que realiza nuestro organismo, que persistirán durante minutos, horas, días e incluso semanas después de nuestra partida.
Uñas y cabellos
En realidad, esta es una creencia proveniente de un engaño del cuerpo. Aunque las uñas y el pelo parecen crecer durante los días posteriores a la muerte (de hecho, si se los mide se comprueba su mayor extensión) lo que en realidad sucede es que la piel se contrae.
El cuerpo no produce más tejido, sino que la epidermis pierde humedad y se encoge, dejando al descubierto más pelo y haciendo que las uñas parezcan más largas.
Cerebro
Cuando nuestro corazón se detiene, las células del cerebro comienzan a pelear entre sí por el poco oxígeno y nutrientes que quedan una vez que se interrumpe la circulación sanguínea.
Esta lucha dura hasta provocar un daño cerebral irreparable.
Sin embargo, con las drogas apropiadas administradas en el momento justo, la actividad del cerebro humano puede mantenerse intacta durante varios días sin depender de la actividad cardiaca.
Células de la piel
Mientras que la pérdida de circulación de la sangre puede matar al cerebro en cuestión de minutos, otras células no tienen tantos requerimientos; como las células de la piel. Acostumbrados a vivir en la periferia del cuerpo y nutrirse a través de la ósmosis, pueden permanecer vivas durante días.
Orina
Creemos que esta es una función voluntaria, ya que podemos controlarlo aunque tengamos ganas de ir al baño.
Una parte de nuestro cerebro está siempre a cargo de esta función; la misma parte que se encarga de regular la respiración y el latido del corazón. Es la misma porción del cerebro que afecta el alcohol: si bebes demasiado podrías orinarte y probablemente ni siquiera te des cuenta.
El rigor mortis endurece los músculos, pero esto no sucede hasta horas después de la muerte: los minutos siguientes al deceso, los músculos se relajan, provocando que la gente orine aunque esté muerta.
Los desechos
Todos sabemos que en tiempos de estrés el cuerpo elimina los desechos. Es normal que necesitemos ir al baño antes de un examen, una entrevista de trabajo, un viaje o cualquier otra situación que nos ponga nerviosos. Una vez que morimos, nuestro cuerpo elimina los desechos en forma de excremento y puede ocurrir varias horas después de la muerte.
La digestión
Resulta que cuando mueres, tu cuerpo se encarga de algo más que de eliminar desechos.
No olvides que compartes tu cuerpo con una gran cantidad de otras criaturas, la mayoría de ellos muy beneficiosos.
En este caso hablamos de las bacterias que viven en el interior de tu intestino no mueren sólo porque tú lo haces.
Si bien muchas de ellas son parásitos, algunas son una gran ayuda para el proceso de digestión, y hacen parte del trabajo por ti. Tú mueres pero ellas siguen trabajando.
(Ojo científico)

