Jorge Gonzaléz
Muchos sectores del Gran Santo Domingo son afectados diariamente por la falta de agua potable, que en algunos barrios llega a penas dos veces por semanas, en otros solo una vez, y en algunos nunca llega; sin embargo para dos familias en el sector Ribera del Ozama en Santo Domingo Este, el agua se ha convertido en toda una maldición.
Por más de cuatro años la vida, de Simeón Morillo Morillo de 62 años y de Hortensia Martínez Solís de 65 años, quienes viven en viviendas contiguas por más de 30 años debajo del Puente Francisco del Rosario Sánchez (de la 17), se ha visto convertida en un infierno ya que la rotura de uno de los tubos de la CAASD tira un gran chorro de agua que cae sobre sus viviendas.
Al mirar hacia arriba se observa la enorme y oxidada estructura de metal (puente) por la cual pasa un grueso tubo que transporta de un lado a otro el preciado liquido, pero que debido a estar roto, deja caer un chorro de agua encima de las citadas viviendas que origina un molestoso ruido y que miles de galones de agua se desperdician diariamente.
Según los afectados ya son varias veces que han ido personalmente a la Corporación de Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD), sin tener una solución a su extraño problema.
Llama sobremanera la atención que en un país donde la escasez de agua potable en las viviendas de los barrios es uno de los problemas más notorio, haya casos de denuncias de fugas, que puedan durar cuatro años.
“Usted ve esa agua cayendo, y ese ruido, que no deja dormir a nadie. Eso es todos los días. Solo se detiene algunas veces a las 11:00 de la noche, pero ya a la 5:00 de la madruga esta devuelta. Algunas horas cae menos, en otras mas pero nunca deja de caer”, explicó con impotencia Morillo.
Los afectados piden la ayuda de las autoridades.