Los chakras y algunas propiedades psicológicas

Los chakras son centros de energía localizados en línea vertical en el medio de nuestro cuerpo. Existen siete y gobiernan nuestras propiedades psicológicas. Los que están localizados en la parte baja representan nuestro lado instintivo. Los que están arriba nuestro lado mental.

Pueden tener distintos niveles de actividad. Cuando están «abiertos», se considera que se están ejecutando de forma normal y nuestros instintos trabajan con nuestros sentimientos y nuestra mente a la par. Lamentablemente esto no es siempre así. Algunos no están suficientemente activos. Para compensar este hecho otros están híper activos. Aunque lo ideal es que estén equilibrados. Existen varios tests para uno darse cuenta de su estado, además de tecnologías para balancearlos.

Si el chakra raíz está abierto uno se siente estable y seguro y no suele desconfiar de la gente. En cambio si uno es miedoso o muy nervioso, es que está poco activo y esto hará que, en ocasiones, sienta que no es bienvenido. El chakra sacral trata, en cambio, de sentimientos y de sexualidad. Si está convenientemente abierto, los sentimientos fluyen y se expresan libremente.

El del ombligo nos hace vivir y unirnos a cualquier grupo fácilmente. Si está abierto se tiene la autoestima alta. Si está poco activo, uno tiende a ser pasivo e indeciso y no se consigue lo que desea. Si este chakra está sobre activo, se es dominante y hasta agresivo.

El del corazón maneja el amor, la amabilidad y el afecto. Cuando está poco activo, se es frío y distante. Si está sobre activo, se sofoca a la gente con un amor, muchas veces, egoísta.

El de la garganta se relaciona con la expresión. Cuando está abierto no se tienen problemas expresándose, incluso mediante el arte. De lo contrario, se tiende a hablar muy poco y uno puede ser tímido e introvertido. No decir la verdad, por temor u otros motivos, podría bloquearlo.

El chakra del tercer ojo trata de entendimiento y visualización. Cuando está abierto, se tiene una gran intuición, a la que uno hace caso casi siempre. Si, por el contrario está poco activo puede ser que se tienda a depender de lo que se consideran “autoridades” y mantener pensamientos rígidos.

El de la corona está enlazado con la sabiduría. Cuando está abierto no se tienen demasiados prejuicios. Si está poco activo uno no es consciente de su espiritualidad. Si está híper activo se suele intelectualizar demasiado todo. Uno se puede hacer adicto a lo espiritual e, incluso, ignorar las necesidades de su propio cuerpo y del de los demás. Hay que tener en cuenta que, cuando es necesario visitar al médico, hay que hacerlo.