Opinión

Vivencias cotidianas de allí y aqui

Vivencias cotidianas de allí y aqui

Fallecimiento de un  buen amigo
A pesar de que a todos nos tocará alguna vez, el enterarme de la muerte de mi buen amigo, Stefan Russ, ha sido un palo muy duro para mí.
Nacido en Rumanía, el 11 de diciembre de 1976, en un lugar llamado Târgu Mures, Stefan contaba con tan sólo 40 años de edad. Pero a pesar de su encarnizada lucha contra el cáncer, la terrible enfermedad acabó ganando la batalla el pasado 28 de marzo.
Lloro su pérdida porque era una persona entrañable. Les pido una oración por la paz de su alma.

Este hombre era una persona discreta y generosa. Jamás le vi pelear con nadie ni siquiera verbalmente. Era tímido y cariñoso, dispuesto a echarle a uno una mano si podía.

Mi corazón le llora y, aunque no era demasiado conocido aquí, él me hace falta.
Su último deseo fue el ver a su hermano. Pero, lamentablemente, por muchas pesquisas que hizo su más íntima amiga, Mª Eugenia Jiménez, también buena amiga mía, no llegó a tiempo a localizarle.

Les pido que perdonen la brevedad de mi escrito. Quisiera dejar un pequeño espacio; una “página en blanco” en memoria suya.
Les agradezco su comprensión.

El Nacional

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