Opinión

Vocación de suicidio

Vocación  de suicidio

Vamos de injusticia en injusticia, de exceso en exceso, violentando todas las leyes espirituales y creando sobre el país una maldición que como nube oscura pende sobre todos. Veamos:

1.-Mientras en los hospitales no hay pasalengua, para examinar a la población víctima del último virus, las páginas sociales reportan como el champagna rueda en los compromisos y bodas de las muchachitas y muchachitos de sociedad.

2.-Mientras los que endeudaron al país, convirtiéndonos en rehenes de bancos a nivel internacional, discursean sobre valores y principios, a los hombres, que se roban una yuca en un conuco los linchan.

3.-Mientras a los que se enriquecieron con el tráfico ilegal de los haitianos, de manera demencial, nadie los toca, porque son parte de la oligarquía de la nación, a los infelices que fueron traficados por sus propios connacionales (la oligarquía haitiana no tiene perdón de Dios), y son analfabetos funcionales, los héroes del nacionalismo unilateral, insisten en perseguirlos y deportarlos, hasta tres generaciones.

4.-Mientras el salario real promedio de los trabajadores cayó en un 27%, entre el 2000 y el 2013, y a un obrero se le paga en promedio RD$3,625, menos de lo que cuesta la botella de vino que los pequeños burgueses se toman en sus reuniones, la clase empresarial intenta reducirles los beneficios de cesantía, aunque ha habido un aumento de la producción de un cien por ciento, fenómeno que parece explicar la filosofía de la clase empresarial: a menos beneficios, mas explotación.

5.-Mientras, como ángeles de la muerte, algunos senadores imponen a las mujeres que contratan acostarse con ellos, y diputados, con honrosas excepciones, siguen autoasignándose barrilitos con los cuales se podrían suplir todos los hospitales. Nadie debería ser senador o diputado sin hacerse el examen del Sida, así protegeriamos a medias a la población femenina, víctima de sus depredaciones. 6.-Mientras un cuerpo del orden compuesto de hombres y mujeres de absoluta extracción proletaria, asesina a mansalva a muchachos de los mismos barrios de donde provienen, actuando como una curita para todos nuestros males, el incremento en la cocaína, causa de tanto delirium tremens en empresarios de la clase alta, ( y sus proyectos para extraer más dinero, de todo lo que le circunda), es de conocimiento general.

7.-Vamos hacia el desastre, y ese desastre tiene un solo origen: la injusticia social y el cinismo de muchos políticos detestables. Y la desgracia es que en este país, pequeño continente, hay riqueza para todos, y solo con un leve ejercicio de solidaridad, se puede garantizar salud, educación, vivienda digna y recreación sana. Seguir matando a los pobres, es una vocación de suicidio.

 

El Nacional

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