Los tres cerditos
En una ciudad muy lejana vivían tres cerditos. Cada uno de ellos se había construido una casita.
El mayor la había hecho de paja, así que no era muy sólida que digamos; pero la había terminado enseguida y como no le gustaba trabajar.
La casa del mediano era de madera, bastante más sólida; pero como también era muy perezoso, se había conformado con pegar todas las tablas juntas, en vez de clavarlas a conciencia.
El más pequeño de todos vivía en una casita hecha de ladrillos. Había tardado muchos días en construirla: las paredes eran gruesas y sólidas, las ventanas cerraban muy bien y la puerta de entrada estaba perfectamente asegurada.
La casa de ladrillos era muy resistente. Los cerditos mayores se burlaban del más pequeño.
Un día llegó un lobo y los tres cerditos se fueron a cobijar a sus casas. El lobo se acercó a la de paja y empezó a soplar muy fuerte, las paredes salieron volando por el aire.
El mayor de los cerditos salió corriendo a buscar refugio en la casa de madera, pero el lobo volvió a soplar, ésta vez más fuerte, y la casa de madera terminó tirada en el piso.
Los cerditos lograron huir y protegerse en la casa de ladrillo del hermano más pequeño. El lobo también la atacó, pero esta vez fue en vano, la casa resistió todas las embestidas.
Los dos cerditos mayores reconocieron que habían cometido un error y volvieron a rehacer sus casas, pero esta vez de ladrillo, mientras el lobo no volvió aparecer jamás.