De tratarse de un bien concebido programa de reforestación de la cuenca alta del río Masacre, en Loma de Cabrera, el proyecto tiene una significación extraordinaria en favor del medio ambiente en la zona fronteriza. Sobre los desmontes que han dado al traste con la vida de la corriente de agua y convertido en un desierto extensas áreas de la región, asociaciones ecologistas y personalidades no han hecho más que quejarse.

Iniciativas como la emprendida por la Dirección General de Desarrollo Fronterizo se necesitaban para recuperar la foresta en una región que en una época fue centro de la producción agrícola, maderera y ganadera del país.

De ser como se ha informado es saludable la conciencia de cientos de voluntarios que se unieron a la jornada de reforestación encabezada por Desarrollo Fronterizo, la Defensa Civil, la Dirección Provincial de Medio Ambiente y otras entidades en la cuenca del río Masacre. Cierto que se tienen que denunciar los atentados contra los recursos naturales, pero también contribuir a su recuperación a través de jornadas como las que también protagoniza el Ministerio de Medio Ambiente.

Si las entidades oficiales y las asociaciones que trabajan con la ecología se dedican a fomentar la foresta a través de la siembra de plantas algún día desaparecerá el riesgo que tanto asusta a la gente cuando observa el panorama de Haití. La reforestación de la cuenca del río Masacre es un importante paso.