Reportajes

Invasión aseguró mercado RD a EU

Invasión aseguró mercado RD a EU

(Y III)
El conjunto de medidas adoptadas por Estados Unidos durante la ocupación de 1916 al 1924 puso a la sociedad dominicana en condiciones de operar como mercado seguro para sus productos manufacturados y como proveedor de materias primas baratas para su industria.  Para adecuar el país a las demandas estadounidenses se implantaron políticas en varias áreas a los fines de hacer al país más eficiente en todo, modernizarlo. Desde 1844 los dominicanos, especialmente los intelectuales, demandaban medidas para insertar la nación en el progreso, que no era otra cosa que el desarrollo capitalista; por ejemplo se hablaba de ejército pero a la luz de la teoría militar de ese momento, tal entidad no existía pues carecía de escuela, no había protocolo militar, institucionalidad de mando, escalafón, etc.

Para suplir tal déficit los ocupantes crearon la Escuela Militar de Haina donde adiestraron un conjunto de hombres en las técnicas y rigores militares; así surgió un cuerpo especializado en el uso de las armas, que con las distintas leyes y modificaciones posteriores dieron lugar al moderno ejército nacional, portador del monopolio de la violencia y sustento del Estado en época de crisis.

El desarme de la población civil fue decisión estratégica para eliminar posibilidades de resistencia contra los ocupantes pero resultó fallida, pues las insurrecciones fueron cotidianas hasta 1920. Las Órdenes Ejecutivas de censura a la prensa y control a la libre circulación de las ideas, buscaban acallar opiniones adversas y evitar rebeliones.

Obras Públicas
La construcción de obras públicas, en especial carreteras, por igual revistió carácter estratégico, porque sentó las bases para comunicar la capital con las distintas regiones, lo que permitió que los oficiales se desplazaran por toda la geografía nacional extendiendo los legalismos. Esas vías permitían desplazar las mercancías a todos los confines, ampliando el mercado interno; igual permitieron el desplazamiento de la fuerza laboral a los centros de trabajo, aumentando la oferta de mano de obra. Esas obras contribuyeron a fortalecer el capitalismo y a disolver los modos de vida premodernos, configurando un nuevo perfil nacional en el marco de la pauperización de los trabajadores, tal como había advertido Pedro F. Bonó 50 años antes que ocurría.

Carretreras

Con las carreteras llegaron los vehículos, camiones, y posteriormente las guaguas, lo que cambió la forma de transporte de personas y cargas, agilizándolas y dando paso a nuevos oficios.

La construcción de las redes viales permitió la superación del cabotaje para bordear la isla, la eliminación de los caminos de herradura y la creación de mayor rapidez para que los ciudadanos recibieran asistencia médica viajando en vehículos.
El desarrollo de las carreteras sentó las bases para una mayor movilidad poblacional del campo a la ciudad e interregional, compactando la integración nacional.

El impacto de las carreteras en la vida nacional fue de tal magnitud que puede calificarse como la de mayor trascendencia de las que hizo la dictadura militar norteamericana durante sus ocho años de ocupación.

Ejército Nacional
La creación de un ejército profesional, que garantizara el orden y la infraestructura vial, así como las restricciones a los nacionalistas y las ampliaciones de las operaciones mercantiles eran cónsonas con el interés de la burguesía tradicional y de sus intelectuales que clamaban paz, emigración civilizatoria, escuelas, obras públicas y mayor radio de acción y eficacia del Estado desde los primeros días de la República.

El programa ejecutado afianzó la alianza con los sectores nacionales partidarios de la Ideología del Progreso que entendieron que las mismas les resultaban beneficiosas. Esa alianza reviste carácter estratégico hasta hoy.

Desde las dictaduras de Lilís y Cáceres se estaba conformando una burocracia que tomó perfil bajo la ocupación, se amplió bajo el régimen de Trujillo, creció durante los de Balaguer, para ampliarse y corromperse posteriormente.

Los ocupantes introdujeron modernos métodos de contabilidad, ampliaron la materialidad estatal, modernizaron los aparatos represivos, crearon escuelas para que estas facilitaran modernizar la fuerza laboral, crearon las leyes de tierra y los tribunales correspondientes para legitimar los despojos inmobiliarios, las leyes de organizaciones no gubernamentales y de salud pública, no porque amaran al pueblo sino porque las mismas contribuían a dinamizar las relaciones entre el Estado, la economía y la Sociedad Civil deseadas.

Los ocupantes no estuvieron solos en el escenario nacional pues contaron con el apoyo de los sectores empresariales, burocráticos e intelectuales, pero hubo una masiva repulsa del colectivo nacional, expresadas en lucha armada, resistencia cultural, marchas nacionalistas y denuncias internacionales.
Para 1922 se pactó el acuerdo conocido como Plan Hughes-Peynado y se estableció un gobierno interino; ya para ese entonces hacía cuatro años que la primera guerra mundial había concluido y en Europa comenzaban a bajar los precios del azúcar por lo que no era negocio seguir con los costos de la ocupación.

En 1924 se efectuó una convención que los partidos y líderes firmaron dando como bueno y válido el programa de los ocupantes. Convertida la patria en neocolonia, entonces la evacuaron.

UN APUNTE

La resistencia fue intensa

Los ocupantes no estuvieron solos en el escenario nacional pues contaron con el apoyo de los sectores empresariales, burocráticos e intelectuales, que compartían la ideología del desarrollo dentro del capitalismo y justificaron sus acciones, pero hubo una masiva repulsa del colectivo nacional, expresada en lucha armada, resistencia cultural, marchas nacionalistas y denuncias internacionales, que nunca pudieron ser apagadas por la represión.

El Nacional

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