Opinión

Milqueya Figueroa

Milqueya Figueroa

Susi Pola

Tenía solo 36 años, vivía en Pantoja y era madre amorosa de cinco hijos e hijas, los dos más pequeños, 4 y 6 años, hijos del hombre que la mató en 2013, Kelvin Alberto Gómez, y desde aquel aciago día, sigue prófugo. Las autoridades no han podido apresarlo a pesar de que dicen, se pasea de lo más campante.

La prima de Milqueya, amiga querida nuestra de muchos años, y mamá que sustituyó a Milqueya en la vida de los dos hijos más pequeños, la semana pasada hizo público en Facebook este llamado que trataré de compartir íntegro, porque toca a toda la ciudadanía:

«Somos parte de una sociedad patriarcal que fomenta la sumisión de las mujeres bajo la opresión de los hombres, que también se convierten en víctimas de una sociedad como la nuestra que así los educa.

Al asesino de Milqueya Figueroa Díaz, le exhorto a que le dé la oportunidad a sus hijos de que, a futuro, lo vean con dignidad. Sr. Kevin Alberto Gómez. Yo lo reconozco como una víctima de esta sociedad que fomentó que Ud. como tantos hombres, se convirtiera en un hombre agresivo, sin embargo, Ud y cada uno de esos homicidas, tiene la oportunidad y el deber de presentar la cara por sus actos, dando así el chance a que cada uno/a de sus hijos/as los vean como seres humanos distintos. Junior y Kelvin, su familia y esta sociedad, Sr. Kelvin Alberto Gómez; señores hombres de R. Dominicana y del mundo, tienen la ocasión de verlos a Uds. de manera distinta cuando asumen la responsabilidad por sus actos.

Quienes administran la justicia, también tienen la oportunidad de hacerlo diferente cuando fomentan que cada persona que comete un crimen como este, sea perseguida hasta cumplir la pena merecida.

La sociedad dominicana en su conjunto tiene el compromiso de velar porque nuestras familias crezcan de manera distinta al promover la seguridad de los hijos y e hijas y de la familia dominicana.

En sentido general, tener una sociedad distinta, libre de violencia amerita en su conjunto, que cada una de sus instituciones trabaje para velar porque sea posible vivir en una cultura de paz».

Seguro, Milqueya sobreestimó a su pareja asesina y creyó en sus discursos de amor. Seguro, nunca pensó que un hombre, por peor que sea, mataría a la madre de sus dos hijos. Seguro, no sabía que a los hombres violentos no se los deja sin tener una estrategia. Seguro, nunca pensó que la mataba!

Es justo que Kelvin Alberto Gómez aparezca y pague su deuda!

El Nacional

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