El Colegio Médico Dominicano (CMD) y la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados emplazaron hoy al Ministerio de Salud y a la Dirección de Aduanas a emprender acciones “contundentes” que eliminen la proliferación de medicamentos falsificados en el territorio nacional.
Argumentaron que ambos organismos tienen los mecanismos legales y técnicos para enfrentar ese problema que afecta la salud de los dominicanos. Los fármacos adulterados, son fabricados por laboratorios clandestinos o introducidos por las aduanas.
“Esa es una barbaridad que hay que enfrentar, porque se trata de un asunto de vida o muerte, cuando se trata de medicamentos que no hacen ninguna función y, cuando la hacen, es para dañar el organismo de los pacientes”, precisó Waldo Ariel Suero, presidente del CMD.
Esos medicamentos no tienen los componentes químicos establecidos en su composición, están vencidos o tienen las etiquetas cambiadas.
“Las autoridades tienen los mecanismos para terminar con esa práctica que es una vergüenza para nuestro país, porque atenta contra la salud de la gente”, siguió diciendo el dirigente gremial.
El doctor Juan Ernesto Quiñones, presidente de la Comisión de Salud de la Cámara Baja, manifestó que tiene evidencias de los daños a la salud de los pacientes que ocasionan las medicinas adulteradas o vencidas que circulan en el mercado dominicano.
Quiñones, representante de Puerto Plata por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), dijo que de nada han servido los esfuerzos de la industria farmacéutica del país para poner freno a esa práctica.
En tal sentido señaló que preocupada por esa anomalía que afecta al sistema de salud del país, la Comisión a su cargo estudia un proyecto de ley que regula el registro de medicamentos biológicos y biotecnológicos para el uso humano en el país.
El legislador aseguró que la implementación de una ley en ese sentido frenará significativamente la entrada de medicinas ilícitas al territorio nacional.
Suero y Quiñones coincidieron en que Aduanas y Salud Pública deben hacer una supervisión rigurosa de las medicinas que entran por los puertos del país de contrabando.
Además, tener una vigilancia estricta de los laboratorios y las farmacias.
Recomendaron a las autoridades una campaña de concientización para que la gente se abstenga de comprar medicinas en establecimiento de dudosa reputación o en las calles.
Quiñones reconoció que a veces los médicos caen en el engaño cuando, tratando de ahorrarles unos cuantos pesos a los pacientes, recetan medicamentos más baratos que resultan adulterados.
Cada vez son más sofisticados y modernos los mecanismos que utilizan los fabricantes e importadores de fármacos falsificados o vencidos.
