El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) lidia hoy con una delicada crisis desatada por la decisión de su Comité Político de gestionar modificar la Constitución de la República para posibilitar la repostulacion del presidente Danilo Medina, a lo que se opone un grupo de senadores y diputados de esa organización oficialista.

La comisión designada para redactar el proyecto de ley que convocaría a la Asamblea Revisora fue encargada también de explorar posible acuerdo con los legisladores disidentes, sin aparente éxito, por lo que su titular, senador Reinaldo Pared Pérez, transfirió esa gestión al presidente Medina y al doctor Leonel Fernández, presidente del PLD.

El tiempo obra contra el propósito de lograr la modificación constitucional, por lo que sus promotores están compelidos a apurar el paso, en razón de que a poco más de un año para las elecciones presidenciales y congresuales, falta aún que el PLD celebre comicios internos para la escogencia de candidatos a unos cuatro mil cargos electivos.

El problema mayor radica en que la crisis peledeísta contamina al Gobierno, al Congreso y, por vía de consecuencia a la economía global, por lo que la sociedad estaría compelida a exigir que el PLD viabilice en el menor tiempo posible una salida definitiva a ese conflicto.

El solo temor de que ese malestar degenere en una enfermedad mayor, pone los pelos de punta a un sector productivo que no desea ni merece sufrir periodos políticos de incertidumbre que perturben el desempeño de la economía.

Si la todavía incipiente crisis del PLD se convierte en un problema mayor que afecte la institucionalidad jurídica en medio de una cirugía al Texto Constitucional, traería como consecuencia inmediata la reducción de la inversión extranjera, lo que se reflejaría de manera directa en la volatilidad del tipo de cambio.

La economía dominicana es abierta y vulnerable, sustentada en los pilares de turismo, remesa, exportaciones e inversión extranjera, todos los cuales resultarían afectados en caso de que se derrame el agua hirviente de la crisis peledeísta.

Es por eso que se aconseja al Gobierno y a la dirección del PLD a procurar cuanto antes un bajadero al problema planteado, antes de que ese virus infecte a los indicadores económicos y por tanto, a la población.