Me derrotó el Estado
II
El Mesías” ha pasado estos tres años como ave sin nido, con el ego destrozado al ver que otro es el presidente, cuando solo él puede serlo. Ha ido de un lado a otro del mundo metido en toda causa para seguir sintiéndose imprescindible, pero aquí, donde ya se le conoce bien ya no encanta, y poco a poco, ese a quien le fue desleal, que no creo lo haga por venganza, le está cobrando su falta a la palabra empeñada del 2004.
Lo primero fue hacer un gobierno más apegado a los ideales boschistas, conectado con las masas. Eso le ha permitido estar en el tope de las encuestas nacionales y ser uno de los presidentes mejor valorados del continente. Hasta eso duele al Mesías, porque eso solo le corresponde a él, pero ahí estaba el 2016, y de seguro regresaría a su puesto de Presidente, ya que el único que podría impedírselo esta constitucionalmente imposibilitado de reelegirse y él cree tener la llave para impedirlo.
Olvida “El Mesías” lo que su soberbia le llevo a decir en 2007: “…tras precisar que en ningún país del mundo se ha visto a un dirigente desafiar al líder y presidente de la República cuando ha hecho una buena gestión de gobierno”. Tampoco recordó que los verdaderos responsables de la transformación del PLD fueron Norge y Danilo, y que a la hora de la verdad es éste el que realmente tiene el control del partido, del gobierno y de todas las posibilidades del clientelismo, que fue lo único que él realmente tuvo para ser el “gran líder”. Por eso, camino a la selección del candidato a la presidencia, primero le dieron el palo en la escogencia de los miembros al Comité Central, éste acomodó la entrada de 9 miembros al CP, ocho afines a Danilo y lo de Metro, en Juan Dolio, no fue más que una pasada.